El segundo Noviciado de la FIMP (Federazione Intermediterranea Ministri Provinciali) se celebró en Rivotorto de Asís, del 21 de julio al 18 de agosto de 2024. En esta experiencia de formación participaron nueve Hermanos, no todos pertenecientes a la FIMP.

El equipo de formación estuvo formado por Fray Bernardino HOSPITAL POSADA, de la Provincia de Nuestra Señora de Monserrat en España, que ya ha participado en este servicio durante varios años, y Fray Thomas BOURQUEROD, de la Provincia italiana de San Antonio de Padua [Italia del Norte], que tomó el relevo este año.
El segundo Noviciado fue una ocasión única para redescubrir la belleza de la fraternidad franciscana, caracterizada por la oración compartida, el intercambio cultural y un profundo sentido de comunión. Participaron los siguientes Hermanos: Fray Andrea BOSISIO y Fray Damiano CASTAGNA, de la Provincia italiana de San Antonio de Padua (Norte de Italia); Fray Paolo FATICATO, de la Provincia del Seráfico Padre San Francisco de Italia (Nápoles); Fray Gabriel-Ștefan MUREȘAN, Fray Florin-Marian NISTOR, Fray Eusebiu-Ciprian SOLOMON, Fray Vasile-Ionuț SUSAN, de la Provincia de San José Esposo de la B. V. M. en Rumanía; Fray Fakhridin IBRAGIMOV de la Delegación Provincial de Uzbekistán, y Fray Peter PIKULÍK de la Custodia provincial de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María de Eslovaquia.
El viaje comenzó con el rito de escribir el propio nombre en el libro de la historia de la salvación, como gesto simbólico que recuerda a cada uno la llamada personal de Dios. Durante las cuatro semanas del curso se abordaron numerosos temas de gran relevancia espiritual y teológica. Entre ellos, la oración ocupó un lugar central, mientras que la vida consagrada se exploró desde una perspectiva bíblica y a la luz del concepto de alianza. A partir del «ven y sígueme», se profundizó en el tema del seguimiento de Cristo mediante la meditación de algunos encuentros que el Señor Jesús tuvo con personas en busca de salvación. Además, se dedicó especial atención a la espiritualidad franciscana, con un estudio en profundidad de sus raíces y principios inspiradores. Estos temas se abordaron no sólo a través de conferencias teóricas, sino también mediante la aportación de experiencias concretas y ricos testimonios. En efecto, religiosos pertenecientes a distintas congregaciones, junto con laicos dedicados a la enseñanza y a la pastoral, ofrecieron sus reflexiones, enriqueciendo el curso con perspectivas diferentes y complementarias.
Este tiempo fue también una oportunidad para volver a las raíces de la historia franciscana, visitando algunos lugares significativos como, por ejemplo, las Cuevas de Cortona y el Santuario de el Alverna. Finalmente, durante la última semana, los Hermanos tuvieron una experiencia eremítica, pasando dos días en soledad y recogimiento. Este tiempo se ofreció como una oportunidad para resumir el camino que habían seguido, reflexionando sobre lo que habían aprendido durante la formación y sobre los futuros retos que podrían encontrar en su camino de vida como franciscanos.
Al final del viaje, los Hermanos expresaron su profunda gratitud a la comunidad de Rivotorto, que los acogió con gran calidez y disponibilidad. La presencia atenta y benévola de estos Hermanos contribuyó significativamente a la creación de un ambiente propicio para la meditación y la oración.

Fray Thomas BOURQUEROD.