Em Roman, los días 15 y 17 de noviembre de 2022, hubo dos jornadas dedicadas a la formación permanente anual para los hermanos de la Provincia de San José Esposo de la Santísima Virgen María.

La presencia de los hermanos, excusando a los ausentes, fue excelente. La ponente fue la psicóloga Marina VENCESLAI que, proveniente de la bella región Umbría de San Francisco, habló sobre el tema de la fraternidad. Cada día fue muy intenso y rico en contenido, en momentos de trabajo en grupos, de intercambio y confrontación, así como de hermosos momentos de oración y fraternidad. La liturgia y la oración fueron preparadas por el Vicario provincial Fray Ionel-Emilian DUMEA.
La premisa de estas jornadas se resume en el profundo deseo de integrar los nuevos descubrimientos de la psicología y la neurociencia con la antropología cristiana. La psicóloga Marina guio a los participantes, suponiendo en ellos un gran conocimiento y experiencia de fraternidad. Su amplia experiencia en el acompañamiento psicológico de varios religiosos fue una valiosa fuente de ejemplos concretos que ayudaron a seguir y comprender mejor el discurso.
Definió la fraternidad religiosa como un acuerdo entre personas que no son hermanos de sangre, pero que conviven con un profundo sentimiento de afecto y amor mutuo. Con preguntas precisas sobre las dificultades relacionales, la psicóloga animó a los hermanos a analizar el modo en que construyen la fraternidad. Señaló bien el peligro de hacerse una idea estereotipada del hermano que uno tiene al lado. Para vivir realmente la fraternidad, es necesario abandonar los prejuicios y conceder verdadero espacio al otro. Es necesario salir de uno mismo para entrar en el otro a través de un proceso de empatía. Es este uno de los pasos esenciales para poder construir la fraternidad.
Otro paso muy importante consiste en saber aceptar la condición de creatura, propia y ajena, como cuerpo, mente y alma. El ser humano tiene muchas necesidades que busca satisfacer en el encuentro con el otro. Tenemos que desarrollar habilidades que nos ayuden a tolerar al otro como diferente a nosotros. Sin esa dialéctica, el otro no existe sino en la búsqueda egoísta de la autoconfirmación.
Para crecer en fraternidad necesitamos asumir la responsabilidad de convertirnos en adultos, para evitar la dependencia y su dinámica de irresponsabilidad. Es necesario vivir una relación de iguales, entre adultos, y hacer espacio al otro tolerando la tensión del encuentro con el que es diferente a mí.
Tras la presentación del tema, los hermanos se reunieron en grupos. El resumen de los debates fue llevado a la asamblea antes de la segunda charla de la psicóloga, quien, partiendo precisamente de estos resúmenes, pudo dar otras valiosas indicaciones.
Damos gracias a Dios por el don de la fraternidad; a la psicóloga Marina por su forma sensible y delicada de transmitir sus conocimientos y experiencia; a los hermanos, por su participación e intercambio responsables.

Fray Lucian HORLESCU.