Rezando en la Basílica de San Francisco en Cracovia, Fray Arkadiusz ŻELECHOWSKI contemplaba un mural en el que aparecían “flores de pensamientos” entretejidos en una celosía como si formaran un entramado. Mientras reflexionaba, le llamaron la atención las flores azules y amarillas, pintadas en los mismos tonos que la bandera ucraniana. Fray Arkadiusz me dijo después que el nombre de la flor en polaco es “bratki”, que significa “hermanitos”.

Los hermanos de Cracovia reciben con los brazos abiertos a sus “hermanitos” refugiados de Ucrania: niños, madres y abuelas. Seguramente los hermanos podrían asignar fácilmente el nombre de cada refugiado, al que han atendido en los últimos meses, a una flor específica en el mural de la basílica.
Durante la Semana Santa y la Pascua, he llegado a apreciar cómo nuestros “bratki” franciscanos se parecen a Cristo en su ministerio. Algunos de nuestros hermanos se encargan de organizar las habitaciones, las provisiones, las comidas y de asegurar que la gracia pueda fluir libremente y alcanzar a quien más lo necesita. Otros hermanos comen con los refugiados o les ayudan en su recuperación acompañándolos al hospital o a la clínica. Los niños suelen llegar deshidratados y enfermos.
Fray Karol HABEREK contó cómo él y los demás hermanos en formación van regularmente a la estación de tren para recoger a los refugiados y llevarlos al Convento, actualizando así el “lavatorio de los pies”. Les ofrecen una ducha y ropa limpia antes de continuar su viaje hacia el oeste. Los hermanos, a menudo acompañan a sus huéspedes atravesando la plaza principal, ya que ofrecer a los refugiados un momento para conocer a otras personas que hacen su vida cotidiana parece brindarles un momento de calma.
Nuestros “bratki” franciscanos encarnan el cumplimiento de la promesa de Jesús de enviar al Paráclito. Trabajan incansablemente con espíritu de santa flexibilidad, respondiendo a todo lo que se les presenta, para llevar consuelo y fuerza a los corazones atribulados.
El mural de la basílica con los “pensamientos” (bratki) fue pintado por el artista Stanisław WYSPIAŃSKI. La obra fue creada durante el apogeo del Movimiento Artístico y Artesanal Polaco (1890-1918). Inspirándose en las Florecillas de San Francisco, el artista decoró las paredes de la basílica con flores locales y familiares que se encontraban en el camino entre el río y la basílica. Asimismo, María y los Santos están vestidos con las ropas de los pobres de la época.
La obra de WYSPIAŃSKI se hace eco de las palabras del Papa Francisco cuando hablaba de San Francisco de Asís: “Él manifestó una atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados. Amaba y era amado por su alegría, su entrega generosa, su corazón universal […] En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior” (Laudato si’ 10).
Observando, escuchando y trabajando junto a los hermanos durante la Semana Santa, he llegado a apreciarlos como un arreglo de flores de Pascua o «bratki». Son verdaderos hermanos menores, que escriben su propio capítulo en las «Florecillas» franciscanas de hoy, ya que su historia se entrelaza con la de sus pequeños hermanos ucranianos.
Después del desayuno de la mañana de Pascua, saludando a los refugiados en el Convento, una niña (que con su madre ha vivido los horrores de la guerra en primera persona) me abrazó y me dio una galleta en forma de corazón. Estaba decorada con los colores azul y amarillo de Ucrania. Volviéndome hacia su madre, noté las lágrimas en sus ojos, las lágrimas de una madre en el Calvario con el corazón roto y lleno de amor.
A los “bratki” franciscanos de Cracovia, Harmęże, Chęciny, Przemyśl y Kalwaria Pacławska, les agradezco personalmente su amable hospitalidad y su disposición a rezar y servir juntos. A ellos y a innumerables otros “bratki” franciscanos en Ucrania, Polonia, Eslovenia, Hungría, Rumanía y muchos más, les ofrezco apoyo en la oración mientras llevan la esperanza de la Resurrección a los lugares crucificados de hoy, en corazones pintados de azul y amarillo.

Fray Michele LASKY
Delegado general de Justicia, Paz e Integridad de la Creación.