El 28 de noviembre de 2019, el Santo Padre Papa Francisco ha recibido en audiencia a su Eminencia Reverendísima Card. Angelo BECCIU, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Durante la Audiencia, el Sumo Pontífice ha dado autorización a dicha Congregación para promulgar el Decreto sobre las virtudes heroicas del Siervo de Dios Fray Giacomo BULGARO, religioso no sacerdote, de la Orden de Frailes Menores Conventuales, de la actual Provincia Italiana de San Antonio de Padua (Italia del Norte).
Fray Giacomo nació en Corticelle Pieve (Brescia) el 29 de enero de 1879, hijo de Giovan Battista, agricultor, y de Orsola CASSAMALI. Fue bautizado el 2 de febrero del mismo año. Su primera educación religiosa la aprehendió de su madre y del abuelo paterno. Frecuentó los primeros tres años de la escuela primaria y después recibió clases privadas por parte de un maestro, a cambio de unas cuantas calabazas.
A la edad de siete años, en el 1886, recibió el sacramento de la Confirmación por parte de Mons. Giacomo CORNA PELLEGRINI (1827-1913). Se presume que la primera Comunión la recibió aproximadamente en el 1890, poco antes de que la familia se trasladase a Brescia.
En el 1892, dos años después del traslado a la ciudad de la leonesa, el Siervo de Dios quedó huérfano de padre, interrumpiendo sus estudios para aprender el oficio de zapatero. Pasaba sus días entre el trabajo, la casa y el servicio al altar como monaguillo. Frecuentaba la parroquia de San Giovanni Battista y el oratorio de Don PINTOZZI. Cuando la familia parecía haber reencontrado el equilibrio, aun con de miles de sacrificios, en el 1897 fallece también su madre.
Al morir esta última, tuvo que hacer de padre para con su hermana y su hermano menor. Dejó el trabajo de zapatero, aceptando el oficio de portero en un edificio.
En el 1904, el hermano Giovanni regresó a casa del orfanatorio, habiendo cumplido dieciocho años de edad. El Siervo de Dios cuidó de él como un padre. Después abrió una bodega. Alternaba momentos de vida disoluta con momentos de vida casi equilibrada. En el 1907 murió Giovanni, evento que hundió en el desaliento al Siervo de Dios.
La tía materna, de nombre Caterina, después de la muerte del sobrino Giovanni, comenzó a estar más presente en la vida del Siervo de Dios, tanto que influyó positivamente en él. El Siervo de Dios tenía la intención de casarse, pero ninguna de las tres jóvenes que conocía aceptaría su propuesta.
El año 1913 marca la conversión de Giacomo, exactamente en la fiesta de la Inmaculada el 8 de diciembre. Después de sincerarse con su tía Caterina, sintió nacer en su corazón una nueva esperanza. Este evento está marcado por una visión divina, y desde este momento retomará su vida de fe.
Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, el Siervo de Dios, debido a su frágil condición física, fue asignado a la Cruz Roja como asistente.
En el 1917 escogió a su padre espiritual en la persona de Don Andrea FIRMO TROLLI, dando inicio a un verdadero camino de conversión que lo prepararía en su decisión de consagrarse, a través de un itinerario marcado con una intensa vida de oración y el servicio como catequista. Estos años se caracterizaron por visiones que tuvo y por la decisión de hacer penitencias corporales. Al mismo tiempo, también iniciaron las vejaciones diabólicas.
Desde el año 1925, el Siervo de Dios comenzó a frecuentar la Misa matutina en la iglesia de San Francisco. El rector de la iglesia, Don Angelo NAZZARI, comprendió la intención de este hombre deseoso de pertenecer siempre más a Dios y le propuso hacerse terciario franciscano. El Siervo de Dios, habiendo escuchado el parecer de su padre espiritual Don Andrea, adhirió a la invitación. Sucesivamente, Don Angelo le propuso al Siervo de Dios de entrar con los frailes franciscanos, ya que, dentro de poco tiempo, la iglesia que atendía regresaría bajo el cuidado pastoral de los frailes, junto con el Convento anexo.
El Siervo de Dios entró en la comunidad de los Frailes Conventuales de Brescia el 31 de diciembre de 1928.
El domingo 14 de julio de 1929, Fray Giacomo vistió por primera vez el hábito franciscano. Inició el año canónico del Noviciado en Brescia el 3 de agosto de 1930. Su Maestro, el español Fray Dionisio VICENTE, hoy beato, sufrió el martirio en España durante la guerra civil. El Siervo de Dios emitió la Profesión simple el 23 de Agosto de 1931 y la solemne el 16 de octubre de 1934.
Después de la Profesión, el Siervo de Dios fue destinado al oficio de portero de la comunidad donde, además de acoger a los visitantes, reparaba el calzado de la comunidad y de los pobres. También brindaba su servicio en otros oficios como la atención en el refectorio, la ayuda en la sacristía y otras pequeñas tareas. En el 1936, el Guardián de la comunidad, como ya antes lo había hecho Don Andrea, le pidió que escribiese su diario espiritual.
En el 1945, la comunidad en donde residía el Siervo de Dios, sufrió un fuerte bombardeo. Algunos frailes, entre ellos Fray Giacomo, tuvieron que ser trasladados a Gazzolo, pudiendo regresar a su Convento sólo al finalizar la Guerra.
Los últimos años de la vida del Siervo de Dios estuvieron marcados por un lento pero inexorable deterioro físico y, al mismo tiempo, por una intensa vida de oración.
El Siervo de Dios muere el 27 de enero de 1967 a la edad de 88, siendo sepultado en el cementerio de la ciudad. La tarde del 28 de abril de 1994, los restos de Fray Giacomo han sido trasladados e inhumados en la iglesia de San Francisco en Brescia. Desde entonces, su tumba se ha convertido en meta de numerosos peregrinos que buscan conformarse a Cristo.
En virtud de su fama de santidad, del 17 de noviembre de 1989 al 22 de marzo de 1991, en la Curia eclesiástica de Brescia, fue celebrado el Proceso Informativo. La validez jurídica del Proceso y de la Investigación, ha sido reconocida por la Congregación, con Decreto del 27 de noviembre de 1992. Una vez preparada la Positio se dio inicio a la discusión, según el procedimiento habitual, sobre si el Siervo de Dios había ejercido en grado heroico las virtudes. Con resultado positivo, el 26 de junio de 2018 se ha llevado a cabo el Congreso Peculiar de Consultores Teólogos. Los Padres Cardenales y Obispos, en la Sesión Ordinaria del 19 de noviembre de 2019, presidida por el Card. Angelo BECCIU, han reconocido que el Siervo de Dios ejerció en grado heroico las virtudes teologales.
Gracias sean dadas a Dios por este hermano nuestro de santas virtudes, y a nosotros el deber de seguir sus huellas.

Fray Damian Gheorghe PĂTRAȘCU, Postulador general.