“Altísimo, omnipotente, buen Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición. A ti solo, Altísimo, corresponden, y ningún hombre es digno de hacer de ti mención” (Cánt. 1-2).
Con estas palabras, San Francisco de Asís inauguró hace 800 años un himno de alabanza universal que, según narra Tomás de Celano, nació de un corazón inflamado “de admirable e inefable gozo viendo el sol, mirando la luna y contemplando las estrellas y el firmamento” (cfr. 1 Cel, 80-81). El Cántico de las Creaturas no fue solo poesía, sino vida hecha contemplación: Francisco descubría lazos de fraternidad con todas las creaturas y, en ellas, un camino de comunión con Dios.
El Papa Francisco ha recordado que, más allá de hablar de ecología, San Francisco vivía en comunión universal con todas las criaturas (cfr. LS 11-12), invitándonos hoy a actualizar ese mensaje en contextos donde la fe y el compromiso socioambiental van de la mano.
Con esa misma convicción, los Hermanos de la Custodia centroamericana María Madre de Misericordia han realizado diversas acciones y compromisos inspirados en este significativo Cántico. Entre ellas se cuentan conversatorios, capacitaciones, caminatas, voluntariados, proyectos socioambientales e incidencia en políticas públicas. En Costa Rica, a inicios de septiembre de 2025, recibieron la visita de Fray Michael LASKY, Delegado general de Justicia, Paz e Integridad de la Creación, quien acompañó personalmente algunas de estas iniciativas, presidió la Eucaristía dominical en el Convento Nuestra Señora de la Asunción de Alajuela y se reunió con Hermanos y postulantes del Convento Nuestra Señora de Guadalupe en Heredia para compartir sus experiencias.
Dentro de las actividades realizadas destaca el Festival de Arte y Fe, que actualizó el mensaje del Cántico de las Creaturas mediante expresiones artísticas e interreligiosas —música, danza, acrobacia y pintura— para continuar alabando a Dios por todas sus creaturas. Como señala la Laudato Si’, la comunión universal se expresa en la preocupación por la naturaleza, la justicia, la paz y la espiritualidad (cfr. LS 10-12). La reunión de distintas religiones en hermandad constituye un fuerte signo de comunión y reconciliación en nuestro tiempo.
En cada creatura, en el clamor de los pobres, en el susurro de los ríos y en la luz del sol resuena el Cántico: Dios se revela en la belleza del mundo y en la armonía de nuestras voces diversas, recordándonos que la fraternidad y la paz son el lenguaje común de toda la creación.
Fray Erick G. MARÍN CARBALLO