Del día de Pascua, 17 de abril de 2022, hasta el Domingo de la Misericordia, 24 de abril, dieciséis hermanos estudiantes del Colegio Internacional Seraphicum de Roma peregrinaron “tras las huellas de San Maximiliano M. Kolbe” en Polonia.

Durante su estancia en la Provincia de la Madre de Dios Inmaculada en Polonia (Varsovia), y en la Provincia de San Antonio y del Beato Jacobo de Strepa en Polonia (Cracovia), visitaron y palparon muchos lugares importantes y significativos, inspirándose en la vida de Kolbe, de los Santos franciscanos y otros Santos polacos, conociendo así más de cerca la historia y devoción del pueblo polaco.
Los tres primeros días, los hermanos se alojaron en el complejo del Convento de Niepokalanów, desde donde se desplazaron y visitaron diversos lugares. El lunes de Pascua, tras la celebración de la Eucaristía en la Basílica de Niepokalanów con los fieles y otros peregrinos, y gracias a la visita guiada por los hermanos que ahí laboran y viven, los hermanos llegados de Roma tuvieron la oportunidad de conocer el legado de Kolbe y todos los lugares significativos de esta “ciudad”, que se extiende por 28 hectáreas. El segundo día, los peregrinos se dirigieron a Zduńska Wola, ciudad natal de San Maximiliano y celebraron la Misa en la Basílica donde el Santo fue bautizado; luego visitaron la casa donde nació, recorriendo la historia de la vida de Kolbe con el guía. En el camino de vuelta visitaron la casa donde nació el famoso compositor polaco Fryderyk Franciszek CHOPIN, y el museo dedicado a él en Żelazowa Wola.
Al día siguiente, tras la Misa en la capilla de madera que Kolbe y los hermanos construyeron y en la que rezaban a diario, los dieciséis hermanos peregrinos se dirigieron a Varsovia para visitar la capital polaca, guiados por el Rector Fray Adam MĄCZKA y Fray Łukasz JANKOWSKI. Primero fueron al Museo del Levantamiento de Varsovia, que narra los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial. Mientras caminaban, vieron la ciudad moderna y desarrollada, señal concreta de que, a pesar de que durante la guerra la ciudad quedó completamente destruida, al final venció el deseo de los polacos de renacer y reconstruyeron toda la ciudad de forma espléndida, incluida la parte histórica. Por la tarde, los hermanos visitaron justamente esta parte histórica de la ciudad y, gracias a Fray Adam, conocieron la historia de esta ciudad y de la presencia franciscana. Los hermanos visitaron la iglesia donde se asentaron los primeros franciscanos, la Catedral donde se encuentra la tumba del Beato Cardenal WYSZYŃSKI y, por último, la iglesia de los Estigmas de San Francisco, donde vive la comunidad conventual desde 1646. Por ello, el Ministro provincial Fray Grzegorz BARTOSIK, junto con su Definitorio, acogió generosamente a los hermanos, ofreciéndoles un refrigerio y una espléndida cena. Los peregrinos también conversaron con Fray Lech BACHANEK, que presta servicio en Bielorrusia, y que les explicó la situación actual de nuestros Conventos en esa zona, donde Kolbe también trabajó al principio de su ministerio.
El jueves 21 de abril, los dieciséis hermanos partieron hacia Cracovia. Se detuvieron en Jasna Góra, el Santuario Mariano nacional polaco de Częstochowa, donde celebraron la Eucaristía en el altar de la Virgen. Tras el almuerzo, continuaron su viaje hacia Harmęże, una ciudad cercana a Auschwitz. Allí está activo el Centro de San Maximiliano, con el Convento de los hermanos y también con las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Padre Kolbe. A pesar de los numerosos refugiados de Ucrania, que los hermanos y hermanas acogen en estos meses, también ahí los peregrinos encontraron un fraternal alojamiento. Guiados por la Hermana Anna MATERA, los hermanos visitar la exposición “Imágenes de la Memoria – Los laberintos”, de Marian KOŁODZIEJ”, un testigo superviviente de Auschwitz. Se trata de una colección impagable de cuadros que expresan su experiencia en los campos de concentración, y que dejan al visitante sin palabras, ya que relatan de forma gráfica y explícita el mal, el dolor y la injusticia que vivió como prisionero, pero también dan noticia de la esperanza encontrada en Kolbe: una estrella brillante que supo dar testimonio de vida en medio de la oscuridad de la muerte.
Al día siguiente, los hermanos visitaron Auschwitz y Birkenau, lugares de la memoria. Guiados por un guía oficial polaco, conocieron la cruel e inhumana historia de los campos de concentración, haciéndose preguntas y experimentando sentimientos encontrados de dolor, ansiedad, ira y vergüenza, pero también sintiendo fe y alegría al contemplar el cirio pascual en la celda donde San Maximiliano Kolbe, con un gesto de auténtico amor, ofreció libremente su vida, como Cristo.
Llevados por esta fuerte experiencia, los hermanos peregrinos regresaron a Harmęże, donde celebraron la Misa en la iglesia conventual que alberga la imagen de la Inmaculada y ante la cual rezaba a menudo San Maximiliano. Desde allí continuaron su peregrinación a Cracovia. Fueron acogidos durante dos días en el histórico Convento de San Francisco de Asís. En primer lugar, visitaron la iglesia y el Convento contiguo, que atestiguan una presencia muy larga y significativa de los hermanos en esta ciudad polaca. Luego, con Fray Adam, que proviene de esta Provincia, los peregrinos franciscanos recorrieron en dos días las calles históricas de Cracovia, visitando muchas plazas, parques, edificios, iglesias, la Catedral y el castillo, y aprendiendo la historia que se ha conservado bien aquí.
En la víspera de la Solemnidad de la Divina Misericordia se dirigieron al Santuario del mismo nombre en Łagiewniki, donde celebraron la Misa; inmediatamente después se dirigieron también al Santuario del Papa San Juan Pablo II, que se encuentra a poca distancia. El último día de su estancia en Polonia se reunieron con los clérigos; junto con ellos y los fieles celebraron la Misa. Por último, durante el almuerzo, también se reunieron con Fray Marian GOŁĄB, Ministro provincial de Cracovia, y los hermanos de la comunidad que los acogieron.
Fue una semana preciosa en la que los hermanos del Seraphicum, procedentes de diferentes continentes y naciones, visitaron los lugares relacionados con San Maximiliano, recogiendo inspiración y pidiendo a Kolbe su intercesión. En resumen, se sintieron como en casa, gracias a la generosa hospitalidad de los hermanos polacos; además, aprendieron mucho de su apostolado, de su acogida a los refugiados de Ucrania, de la dolorosa pero también gloriosa historia de Polonia, de la devoción de los compatriotas de Kolbe y Juan Pablo II, y mucho más. Tal vez las fotografías puedan decir más que las palabras.

Fray Marcos Alejandro QUESADA NAVARRO y Fray Zvonimir PERVAN.