Los hermanos de la Delegación provincial en Chile, a pesar de este tiempo difícil de pandemia, desean conmemorar y celebrar los 25 años de presencia en tierra chilena. Ya se encuentra disponible el segundo video que narra con imágenes la historia y el servicio de evangelización franciscana en este país.

En este segundo video se hace la presentación de la vida y el ministerio de los hermanos en el Convento de Copiapó, primera presencia OFMConv en tierra chilena.
El domingo 22 de enero de 1995 tiene su inicio la “aventura chilena”, con el viaje de “exploración” del entonces Ministro de la Provincia patavina Fray Agostino GARDIN, con el permiso del Ministro general Fray Gianfranco SERRINI, acompañado por Fray Pedro BELTRAME Secretario de las Misiones provinciales y por el Ministro de la Provincia Rioplatense Fray Graziano ZANIN.
Hospedados por los Hermanos Menores de Santiago, visitaron la zona de Conchalí, al norte de la capital, en el territorio de la Parroquia de San Diego de Alcalá. Después de una visita relámpago a Mons. Sergio VALECH Obispo auxiliar de Santiago, los hermanos visitaron Copiapó. Recibidos por el Obispo de dicho lugar, Mons. Fernando ARIZTÍA RUIZ y por algunos representantes del Presbiterio, tuvieron la oportunidad de hacerse una idea más concreta sobre las diversas posibilidades para inserirse en esta Diócesis.
El Vicario provincial patavino Fray Giuseppe MARINI, de conformidad con la moción 9 aprobada por el Capítulo provincial del 1994, teniendo en cuenta la autorización del Obispo de Copiapó, con la aprobación manifestada por parte del Definitorio provincial y habiendo obtenido el “placet” del Ministro general, declaró canónicamente erigido el Convento dedicado a San Francisco de Asís en la ciudad de Copiapó, a partir del 4 de octubre de 1995 Solemnidad del Seráfico padre San Francisco.
A partir de aquel lejano día de inauguración del Convento de Copiapó, muchos hermanos han pasado por esta fraternidad, muchas miradas se han encontrado, tantas historias han sido compartidas, muchas han sido las alegría y las esperanzas vividas juntos. Durante estos 25 años, han sido muchos los momentos dolorosos y las lágrimas enjugadas; ciertamente han estado presentes algunas dificultades e incertidumbres. En una sola palabra: una historia rica de servicio, de pasión y de eventos significativos en tierra chilena.
Una vez más agradecemos al Señor por haber estado con nosotros y por habernos dado la capacidad de ser instrumentos en sus manos, a lo mejor no siempre humildes y pacientes, pero sí atentos y deseosos de cumplir la voluntad del Padre siempre en fraternidad. Por último, también un gracias a nuestro querido San Antonio de Padua que, como nos recuerdan los libros históricos de la Delegación: “la apertura de la nueva misión chilena es uno de los frutos más significativos de las celebraciones por el octavo centenario del nacimiento de San Antonio”.

Los hermanos de la Delegación en Chile.