El 14 de junio de 1940 se abría el campo alemán de Auschwitz – Polonia. Ese mismo día entró en el campo el primer tren cargado de deportados. Entre ellos se encontraba el jovencísimo Marian KOŁODZIEJ, que fue encarcelado y deportado a la edad de 19 años.

Sobrevivió en el campo hasta finales de 1944, desde donde fue trasladado a Gross Rosen y luego a Buchenwald. En febrero de 1945 fue deportado a Mauthausen y liberado el 6 de mayo de 1945 por el Tercer Ejército del general PATTON. Después de la guerra, se graduó en el departamento de escenografía de la Academia de Bellas Artes de Cracovia. Participó en cursos de diseño gráfico y pintura.
Nunca habló de los campos de deportación y exterminio, hasta 1992. En 1992 sufrió una hemorragia cerebral y quedó parcialmente paralizado. Con medio cuerpo paralizado, empezó a dibujar como ejercicio de fisioterapia. Fue entonces, tras casi cincuenta años de silencio, cuando resurgieron los dramáticos recuerdos de su juventud, los años que pasó en los campos de concentración, y creó una serie de obras a las que llamó Fotogramas de la memoria.
El 22 de enero de 2024, en el pórtico de la Basílica de los Santos XII Apóstoles de Roma, se inauguró una exposición titulada Fotogramas de la memoria. Laberintos. El propio autor no la llamó exposición. Dijo: “Esto no es una exposición, no es arte, no son imágenes, son palabras encerradas en un dibujo. El arte es impotente ante lo que el hombre ha preparado para el hombre. Propongo recorrer el laberinto marcado por las experiencias de la fábrica de la muerte”.
Se trata de un estremecedor testimonio artístico del sufrimiento y la degradación de los prisioneros del campo de Auschwitz. Es también una búsqueda de la humanidad, de la dignidad humana, de lo que nos salva, siguiendo también el ejemplo del martirio de San Maximiliano M. Kolbe; el autor nos lleva por la tierra inhumana, hace preguntas, busca a Dios. Kolbe, presente en los fotogramas, es llamado ecce homo, un hombre real con los rasgos de Cristo.
Las escenas no son secuenciales, sino que hacen que el espectador pierda la orientación y experimente un viaje a la memoria del artista. Con Marian KOŁODZIEJ uno revive el viaje a Auschwitz, entre fotos y dibujos que intentan que el espectador se identifique con un estado de ansiedad que es sólo el preludio de lo que le espera una vez que el tren se detiene.
“Fotogramas de la memoria. Laberintos también nos pone interrogantes -dijo Fray Zdzisław J. KIJAS, presentador de la exposición-, en particular, sobre el futuro: ¿qué ocurrirá después? ¿Será diferente? ¿Es capaz la historia de enseñarnos algo? ¿Es capaz de evitar que hagamos algo parecido?”
A la presentación asistieron el Embajador de la República de Polonia ante la Santa Sede Adam KWIATKOSKI, los Embajadores de Chile, Colombia, Macedonia y otros países; junto con Wojciech DĄBROWSKI Presidente de la PGE (Compañía Polaca de Energía), Fray Jan MACIEJOWSKI Vicario General, varios de nuestros Hermanos de las comunidades romanas, personas consagradas y varios laicos.

Fray Zdzisław KIJAS.