En la Regla no bulada (IX, 10-11), San Francisco de Asís nos dice: “Y confiadamente manifieste el uno al otro su necesidad, para que le encuentre lo necesario y se lo suministre. Y cada uno ame y cuide a su hermano, como la madre ama y cuida a su hijo (cf. 1 Tes 2,7), en las cosas para las que Dios le dé su gracia”. De esta manera, aquel que está en necesidad, hoy se ha vuelto hermano mío.

Ayudar a los necesitados no es algo nuevo para nuestras comunidades franciscanas conventuales del Líbano. Desde hace mucho tiempo los hermanos dan de comer a un grupo de más de 40 ancianos necesitados de la región, dos veces por semana. Además, también ayudan a otros necesitados, ya sea de hogar, de medicinas, de alimento, etc. También se añaden las familias que no pueden pagar la educación de sus hijos; también a ellos les brindan ayuda y cuidados.
Pero, en estos días, a causa de las revueltas populares, de la crisis financiera, del Covid-19, y sobre todo de la explosión en el puerto de Beirut, el Líbano padece una ulterior crisis. Cada vez son más los necesitados que llaman a la puerta de nuestros Conventos. Se hacen donaciones de cientos de despensas alimentarias, y también el Pan de San Antonio se multiplica cada día. ¡Claramente vemos la Providencia!
Esta situación ha hecho que los hermanos se pregunten: “¿quién es el que me pide ayuda? ¿Debería ayudarlo? ¿Es mi responsabilidad? ¿Cómo puedo ayudarlo?”
Estas preguntas se han convertido en desafío. Los han llevado a renunciar a su propio yo y a pensar y sentir junto con el hermano necesitado. De este modo, las dos comunidades del Líbano (Zahlé y Sin el Fil) se han puesto de acuerdo y han decidido relanzar el proyecto de una Cocina popular, financiado por la Caritas Antoniana. Los hermanos han preparado, cada uno en su respectivo Convento, un espacio dedicado a ello y han dado inicio a los trabajos; pero, la crisis financiera y la explosión han ralentizado el proyecto. Al final, han podido concluir los trabajos estructurales y han pasado ya a la labor cotidiana de asistencia a nuestros hermanos en necesidad.
Las actividades mencionadas siempre se han hecho, pero hoy se busca darles un toque especial. En la salida al encuentro del otro, se ha buscado dar un enfoque fraterno: ir a las periferias, como suele decir el Papa Francisco. Cocinar e ir al encuentro de los hermanos necesitados, con un almuerzo caliente en sus casas; es un esfuerzo que cansa, pero que los llena de satisfacción. El otro ya no es más un extranjero, un extraño; al contrario, es “mi hermano”. Y son ellos quienes nos muestran esto, aunque no tengan nada que dar; siempre te invitan a tomar café con ellos mientras te cuentan sus alegrías. No hablan de sus problemas, al contrario, se alegran de que alguien haya entrado en su casa; reciben dignidad, un abrazo fraterno y ya no son más un rechazo de la sociedad.
Con esta alegría fraterna, el martes 12 de enero de 2021, gracias a la colaboración de la ONG Hot Pot Meal y a varios voluntarios, se comenzó a llevar alimentos calientes a un centenar de personas: pequeños y grandes, cristianos y musulmanes. Este servicio se hará cada martes, con doble ración de comida. Alegría para ellos, alegría para los hermanos.
Tanto los hermanos de Zahlé como los de Sin el Fil ya han realizado la primera prueba del proyecto, durante la fiesta de Navidad. ¡Prueba muy exitosa!
Esta alegría fraterna también es posible gracias a los hermanos de nuestra Orden en todo el mundo y a muchos benefactores anónimos. Agradecemos al Señor y le pedimos que bendiga abundantemente a todos, por lo que ya se ha hecho y se sigue haciendo.
¡Saludos de Paz y Bien!

Fray Felician TAMAŞ y los hermanos del Líbano.