Estoy muy contento, feliz, de poder conocer (este lugar), porque salvo la vez que visité Austin (Texas), no conozco casi nada de los Estados Unidos. Sobre todo, ver concretamente cómo viven y cómo trabajan los frailes, es lo que más me gusta.

Así que, en primer lugar, les agradezco nuevamente la bienvenida. Inmediatamente me siento como en casa, también me sentí como en casa cuando visité California. Y bueno, estoy muy sorprendido por esta parte de la Provincia. Desde ayer he estado pensando: ¿Qué significa para mí esto que estoy conociendo? Ciertamente, como concepto, conozco la zona desde hace mucho tiempo. Pero la palabra que elijo para describir lo que estoy viendo, en este momento, es la palabra utopía. Esta palabra tiene un significado que me gustaría utilizar, que me gusta mucho, y es: hacer existir lo que todavía no existe.
Y así, es que me parece que ustedes viven y trabajan en esta zona. Es cierto que esta zona tiene muchísima historia, muchos años, y muchas culturas que están vivas – pero vivimos en un tiempo nuevo, como mundo y como Iglesia. Y presiento que ustedes están pensando lo mismo. Hacer existir lo que todavía no existe. Veo que hay proyectos, incluso hay nuevas construcciones, como la capilla (que primero han sido imaginadas y luego se han creado), y están al servicio de toda la gente.
Y luego también el tema: la interculturalidad de nuestra Orden. Me refiero también mucho a la relación con la Provincia de México. Veo que las cosas que programamos años atrás, pensando cómo hacerlas, de hecho, ya las están haciendo. También, las experiencias con las demás ramas de la Orden, ustedes las están haciendo. Esto es un lindo aporte para toda la Orden, esta forma de tender y de no achicarse, y no de «¡uy, nos vamos a morir!», sino de inventar nuevos caminos, nuevas formas, nuevas colaboraciones. Me da mucho gusto ver esto y espero que puedan continuar en este mismo camino, con México y también aquí en los Estados; todo lo que se pueda en cuanto a innovaciones, a inventar o a hacer de nuevo.
Estos lugares son simples pero fermentables, que pueden adelantar el futuro.

Fray Carlos A. TROVARELLI, Ministro general.