Algunos de nuestros hermanos han querido compartir sus experiencias en este tiempo de pandemia. Cada una de estas busca ser una respuesta concreta a las preguntas que todos nos hacemos.

Todos nosotros, como frailes, estamos sufriendo el hecho de no poder estar en contacto con las personas; nuestro sentido de misión se desvanece y todo aquello que hacíamos por los demás es como si ahora perdiera su significado. No es fácil encontrar el sentido en medio de esta situación absurda, pero es lo que las personas que comparten nuestra realidad nos piden. Ellas se preguntan el porqué de toda esta situación que estamos obligados a vivir. Muchos dicen que Dios nos ha abandonado o nos está castigando, pero es justo ahí donde inicia –en un modo totalmente “nuevo”- la verdadera evangelización que anuncia un Dios que nos ama sobre todas las cosas, hasta el extremo de entregar por nuestro amor a su Hijo. Un Dios que Jesús mismo nos ha revelado: Dios de misericordia, de paz, de benevolencia, de amor.
En este tiempo, el esfuerzo de nuestras comunidades es el de encontrar la manera para que el pensamiento y el corazón de estas personas se convierta a Dios también cuando todo parece no tener sentido. El problema es el cómo.
Esta es la pregunta que muchos hermanos de diversas partes del mundo nos hemos hecho, habiendo compartido un camino común en el Seraphicum de Roma: Fray Elias Paolo MARSWANIAN (ahora en Zahlé – Líbano), Fray Manuel Edgardo NÚÑEZ GALLARDO y Fray Ramón Alfredo RUI UREÑA del Venezuela (ahora en Pueblo Llano y Caracas – Venezuela), Fray Cristinel GAL de Rumanía (ahora en el Seraphicum) y Fray Mario RAVANNI de Italia (ahora en Portici – Nápoles).
En nuestra experiencia como frailes, hemos encontrado varios modos para “estar en contacto” con las personas. Casi todas las comunidades en donde vivimos, a través de las diferentes redes sociales (Facebook, Instagram, youtube, radio, Skype, tv), se mantienen en contacto con las personas celebrando la Liturgia de las horas, la Eucaristía, el Santo Rosario, la Coronilla de la Misericordia, la Adoración Eucarística, el Angelus, los diferentes encuentros de formación para grupos de nuestras realidades.

Fray Cristinel: En el Seraphicum, todos los hermanos estudiantes reciben clases on-line, tanto aquellos que estudian en el Seraphicum mismo como aquellos que estudian en otras universidades.

Fray Mario: Un modo particular de estar con las personas que vivimos aquí en Portici, además de los medios de comunicación, es asomarse por las ventanas para platicar y rezar con los demás que viven en la colonia cerca del Convento. Es un modo de animar a los demás y decirles a todos que nosotros estamos presentes, aunque si en modo diverso.

Fray Elias: Por el momento, aquí en Zahlé estamos siempre en el Convento; no celebramos la Misa con los fieles, celebramos por las mañanas y luego inicia nuestra jornada entre trabajos en el jardín, limpieza, cocinar, leer, mirar las noticias; por la tarde transmitimos la oración de Vísperas con la Adoración Eucarística en nuestro perfil Facebook.

Fray Edgardo y Fray Ramón: La situación en Venezuela es preocupante, sobre todo porque desde hace algunos años estamos sufriendo una fuerte crisis socio-económica y sanitaria. Nuestros hospitales no cuentan ni siquiera con las medicinas más importantes y ningún centro médico tiene la capacidad de hacer frente a una pandemia come esta. En este tiempo muchos venezolanos están haciendo la cuarentena voluntaria aquí en Pueblo Llano, pero no todos la respetan, aunque es obligatoria. En verdad esperamos que la situación no se agrave, ya que la falta de alimento, medicinas, hospitales, podría dar origen a una desgracia para nuestro país.

En la comunidad de los frailes de Caracas, por ahora somos sólo tres hermanos, pues los demás se quedaron varados en otros Conventos a causa de las disposiciones por parte del gobierno. En estos días de cuarentena tratamos de estar cercanos a la gente abriendo las puertas de la iglesia de San Francisco Javier durante algunas horas cada día, así quien necesita confesarse u orar un poco puede hacerlo. También, aquellos que se acercan buscando un poco de esperanza e incluso un poco de alimento para llevar a sus casas son numerosos. La ayuda por parte de la Caritas parroquial continúa operando. Los hermanos que enseñan en la escuela están en comunicación con los responsables de los cursos, mandando y recibiendo los trabajos por internet a los alumnos para mantenerse al día.

A lo mejor, este virus nos esté enseñando algo: todo aquello que hasta el día de hoy habíamos vivido con mucha superficialidad, “mañana” habrá adquirido mayor sentido y significado. No daremos nada por descontado, sino que viviremos la belleza de una relación. No se tendrá ya miedo del otro, del diverso. Estábamos retrocediendo en lugar de avanzando en las relaciones con Dios, con los demás y con el mundo. A lo mejor esta sacudida nos hará comprender la belleza de nuestra fragilidad hasta el punto de poder vivir un pleno y confiado abandono en Dios.

Sigamos poniéndonos en manos de Dios y de la Virgen de Coromoto.

Oficia de Comunicaciones.