El 27 de enero de 2021, aniversario de la liberación del campo de exterminio alemán en Auschwitz (27 de enero de 1945), se celebra el “Día de la Memoria”, instituido para recordar a las víctimas del Holocausto durante el segundo conflicto mundial.

En Padua, esta conmemoración está precedida por un singular evento, el 21 de enero, con la colocación en la ciudad de cuatro “Piedras de tropiezo”, que se añaden a otras ya colocadas en años precedentes. Se trata de tres Hebreos (Ester Giovanna COLOMBO y Guido USIGLI, deportados y muertos en Auschwitz; Celina TRIESTE, deportada y asesinada en Trieste – Risiera di San Sabba) y de nuestro hermano Fray Placido, encarcelado, torturado y muerto en la sede de la Gestapo en Trieste (Noviembre 1944).
Esta memoria consiste en una pequeña placa de latón pulido de la dimensión de un adoquín “sampietrino” (10x10cms), colocada ante la puerta de la casa en la que habitaba la víctima de los nazis o en el lugar en que fue hecha prisionera, sobre la cual se encuentra grabado el nombre de la persona, el año de nacimiento, la fecha con el posible lugar de deportación y la fecha de su muerte, si se conoce. Estas informaciones buscan devolver individualidad a la persona, a la que se había querido reducir a un número. En el caso de nuestro hermano Fray Placido, recordamos que a él ni siquiera le fue dado un número, habiendo caído en manos de la policía secreta de los nazis, la Gestapo, y nunca transferido a un campo de concentración, donde los prisioneros eran registrados y, precisamente, numerados. Entonces, la expresión “de tropiezo” no debe entenderse en sentido físico, sino visivo y mental, para invitar a reflexionar a quienes pasan cerca o se topan, incluso por casualidad, con una de ellas.
La expresión “Piedra de tropiezo” ha ido cambiando en la Biblia (Isaías y Primera carta de Pedro) y ha sido retomada por el Apóstol Pablo en su Carta a los Romanos (9, 33): “Yo pongo en Sión una piedra de tropiezo y una roca que hace caer, pero el que cree en él, no quedará confundido”.
El lugar escogido para su colocación, un poco más allá del atrio de la Basílica de San Antonio, además de respetar la verdad histórica -pues desde aquí Fray Placido partió hacia su pasión muerte-, es muy significativo por el hecho de que desde hace algunos años, la pequeña plaza frente a la entrada del antiguo Museo Cívico está dedicada a San Maximiliano M. KOLBE (1894-1941), Mártir de Auschwitz canonizado por San Juan Pablo II en 1982. Una placa allí colocada lo recuerda.
Hoy, una Piedra de tropiezo recuerda también a nuestro hermano Fray Placido CORTESE, quien con San Maximiliano ha compartido el mismo ideal de vida en la familia franciscana conventual, sacerdotes y Mártires de la caridad. Muy convenientemente, Fray Placido ha sido definido el “Kolbe de Cres (Cherso)”, y también podemos añadir “de Padua”.
La inauguración de la Piedra de tropiezo dedicada a Fray Placido está prevista para las 11:15 horas del día jueves 21 de enero de 2021, en presencia de las autoridades de la ciudad y de algunos representantes de la Comunidad Hebrea de Padua, siempre en cumplimiento de la normativa anti-Covid.

Fray Giorgio LAGGIONI, Vice postulador de la causa de Fray Placido.