El día de San Francisco de Asís, 4 de octubre de 2024, en la Basílica franciscana de Cracovia, dos jóvenes Hermanos: Fray Miłosz MĘŻYK y Fray Jakub SZCZEPANEK, hicieron voto solemne de vivir para siempre en obediencia, sin nada propio y en castidad.

“Este año celebramos el 800 aniversario de un acontecimiento especial, cuando Francisco de Asís fue marcado con los Estigmas, las llagas de Cristo crucificado. Inmediatamente después, en una oración de alabanza, Francisco confesó a Dios: Tú eres plenamente toda nuestra riqueza. Nos alegramos de que hoy, 800 años después, siga habiendo personas que, como Francisco, tengan el valor de creer que en realidad no hay nada más precioso en la vida que lo que podemos recibir de Dios, y que vale la pena dedicarle a Él todo lo demás”, dijo Fray Tomasz CZAJKA Rector del Seminario y del Posnoviciado. “Nos alegra aún más, y es un gran privilegio para todos nosotros, que hoy en esta Basílica seamos testigos precisamente de un momento así: Fray Miłosz y Fray Jakub expresarán su deseo de vincularse a Dios por medio de los votos religiosos para el resto de su vida. Queridos Hermanos, ya nos alegramos de su decisión y deseamos acompañarles con nuestras oraciones”, añadió.
Los votos de los dos Hermanos fueron recibidos por el Ministro de la Provincia de San Antonio y del Beato Jacobo de Strepa en Polonia (Cracovia), Fray Mariusz KOZIOŁ. En su homilía, recordó que los votos religiosos no son ante todo una obligación, sino una glorificación de Dios, una confesión de amor a Él. Citó las palabras del Ministro general, Fray Carlos TROVARELLI, según las cuales “perseverar en la fidelidad y en la alegría de la vocación evangélica no es algo que se dé por descontado o sea mecánico: la verdadera fidelidad hay que conservarla, cuidarla, buscarla, protegerla e incluso sufrirla en la lucha contra nosotros mismos y contra el entorno cultural, orientado hacia el placer irrestricto”. Deseó a los neo profesos que fueran felices a la manera de Dios y que alcanzaran la salvación con la ayuda de los Hermanos.
Fray Miłosz y Fray Jakub agradecieron a Dios el don de la vocación con las palabras del Salmista: “Bendice, alma mía, al Señor; y todo lo que hay en mí, bendiga su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios”. También se dirigieron palabras de gratitud a María, Patrona de la Orden, a los superiores, Hermanos, padres y familiares, y a todos los que participaron en la celebración, la prepararon y la honraron.

Fray Jan M. SZEWEK.