Los ecos del Centenario Kolbiano continúan escuchándose en el 101º aniversario de la fundación de la Milicia de la inmaculada ocurrida la tarde del 16 de octubre del 1917, haciendo viva y actual más que nunca la carismática presencia de San Maximiliano M. KOLBE y constituyendo una fuerza propulsiva para los años venideros.

En un sugestivo escenario, la misma experiencia e itinerario de p. KOLBE fueron evocados y celebrados los momentos sobresalientes de su existencia, aquellos que marcaron un cambio de dirección de la suerte dramática que les tocaba vivir a los condenados en los campos de concentración. El 17 de octubre de 2018, el convento de calle San Teodoro en Roma, ha sido una vez más el lugar que ha recibido, en un tripudio de gozo y emoción, la conmemoración de los 101 años de vida de la Milicia de la Inmaculada, en presencia de un numeroso y motivado público de frailes, movimientos y asociaciones, grupos, individuos y simpatizantes que comparten el carisma Kolbiano, todos reunidos para conmemorar y actualizar el espléndido mensaje de p. KOLBE.
El entusiasmado público fue saludado y recibido por el Guardián Fray Valentín REDONDO en la Expo Kolbe; en seguida, Fray Raffaele DI MURO Presidente de la Milicia Internacional de la Inmaculada, introdujo y presentó la representación teatral “Madres nuestras”, que ha inaugurado el inicio de los festejos (del director Antonio TARALLO) con la cual se ha buscado dar un toque artístico a este momento. Hoy como entonces se vuelven a presentar situaciones de muerte y destrucción, pero estas no tienen la última palabra porque la declinación del amor, encarnada por p. KOLBE, continúa y no morirá jamás.
San Maximiliano ha testimoniado el Amor donando su vida y otorgando nuevamente la vida a quien la ha perdido, sanando cuerpo y espíritu. Lo mismo ha sucedido a otro padre de familia, además de al sr. Francesco GAJOWNICZEK. De esto habló el marqués Loredano Luciani RANIER, ofreciendo un significativo testimonio que ha enriquecido las celebraciones del aniversario. Él ha sido testigo de un evento prodigioso ligado a San Maximiliano, precisamente uno de los dos milagros que llevaron a KOLBE a la canonización. El 5 de agosto de 1950, silenciosamente como en una visión, p. Maximiliano KOLBE entraba en su casa en Porto San Giorgio en las Marcas (Italia) para reportar en vida al papá Francisco, enfermo por casi dos años de una grave “arteritis obliterante”, por la cual fue necesaria la amputación de la extremidad inferior izquierda, dado el proceso progresivo del mal. A la amputación siguió un grave estado de tos infecciosa general que lo redujo a estado terminal. Habiendo invocado fervientemente a p. KOLBE desde el inicio de su estado de gravedad, improvisamente sanó la noche del 5 de agosto de 1950, tanto que se sintió profundamente sanado la mañana del día 6. De la narración del marqués de más de noventa años ha emergido cómo san Maximiliano ha marcado para siempre su vida y cómo ha continuado a obrar en ella, instaurando un lazo y una ‘comunicación’ aún presente y viva.
La Celebración Eucarística presidida por el Obispo Mons. Roberto CARBONI OFMConv, selló el evento, en la cual concelebraron las comunidades de frailes conventuales del Convento de San Teodoro y del Colegio Internacional de los Frailes Menores Conventuales en Roma “Seraphicum”. Los cantos estuvieron a cargo del coro de la Parroquia “San José de Cupertino” de Roma. S.E. Mons. CARBONI en su homilía propuso nuevamente toda la riqueza y actualidad de p. KOLBE, proponiéndolo como una figura que debe ser valorada y de la cual se debe ofrecer su conocimiento.
Al final se tuvo un momento de ágape fraterno.

Fray Raffaele DI MURO, Presidente de la Milicia Internacional de la Inmaculada