Este año, la fiesta de los titulares de la Basílica de los Santos XII Apóstoles en Roma ha coincidido con el IV Domingo de Pascua, llamado del “Buen Pastor”.

A las 12 del día hemos celebrado en la Basílica la Misa conventual y, como lo dictan las normas que estamos siguiendo en la comunidad desde hace casi un mes, los concelebrantes mantienen la distancia de al menos un metro entre uno y otro, se omite el signo del intercambio de la paz y cada quién comulga el Cuerpo y la Sangre de Cristo por “intinción”, y el último consume las especies eucarísticas y purifica los vasos sagrados. Todos los días la Basílica es el espacio para la oración de los hermanos; su amplio presbiterio ofrece la posibilidad de poder celebrar la Liturgia de las Horas y la Misa en conformidad con los decretos gubernamentales y eclesiásticos, emanados por seguridad en estos tiempos de coronavirus.
En especial, las fotos que queremos compartir con ustedes presentan sobre todo las bancas vacías. Las ha tomado un periodista enviado por TV2000, la emisora televisiva de la Conferencia Episcopal Italiana, que ha venido a visitarnos el día de la fiesta; su nombre es Massimiliano COCHI. Sus fotos documentan la ausencia de los fieles, que desde sus casas pueden seguir la celebración dominical y festiva a través de internet. Documentan la ausencia de nuestros hermanos de las Casas generalicias y de los clérigos del Seráfico, con quienes siempre hemos celebrado esta fiesta: por el momento, todos están obligados a permanecer en sus conventos.
Al final de la Misa, el sol resplandeciente de Pascua ha invadido la Basílica con sus rayos, como un signo de esperanza de que todo esto pronto pasará. Con la intercesión de los Apóstoles Felipe y Santiago, cuyas reliquias se encuentran expuestas en la cripta durante estos días para la veneración de los fieles –y ahí permanecerán hasta la solemnidad de Pentecostés-, es este nuestro deseo.

Fray Agnello STOIA, Párroco.