Cada vez se multiplican más las iniciativas que buscan dar voz al testimonio heroico ofrecido por el Fraile Menor Conventual Fray Placido CORTESE, cuya causa de Beatificación está en marcha en la Congregación para las Causas de los Santos.
Después del reconocimiento por parte del Presidente de la República italiana, en el 2015 y en el 2017, por el documental “Padre Placido Cortese – La osadía del silencio”, algunos fieles devotos de este gran hermano nuestro han creado un sitio web en su honor: http://www.padreplacidocortese.org/cortese/ .
Los visitantes de este sitio web podrán encontrar ahí abundante material: desde una riquísima y bien documentada biografía, hasta los numerosos testimonios de quienes llegaron a conocer a Fray Placido; desde los escritos del Siervo de Dios cargados de sabor evangélico, hasta las ya muchas publicaciones, que buscan descubrir qué es lo que se encierra detrás del fecundo silencio que llevaba consigo.
El silencio: parece ser que esta es una de las más hermosas virtudes cultivadas por Fray Placido. Un silencio que le costó la vida y que salvó a muchos judíos y a muchos otros perseguidos por el régimen nazi.
Pero la novedad no sólo tiene que ver con el sitio web. Al pasar por la Basílica del Santo en Padua, los fieles también pueden visitar el confesionario donde Fray Placido realizaba su ministerio pastoral. Es un pequeño lugar que ha conservado el silencio de nuestro hermano mientras se ocupaba pródigamente de salvar a numerosas personas de la furia criminal de las “escuadras de protección o cuerpo de élite nazi” – SS. Siempre en Padua, también se pueden visitar otros lugares que recuerdan el testimonio de la presencia del Siervo de Dios.
La invitación está dirigida especialmente a los frailes de la Orden, para que visiten las páginas de este sitio (esperando que dentro de poco tiempo cuente con todo el material traducido también en otros idiomas), no sólo para conocer y enamorarse de nuestro Siervo de Dios, sino también como ejemplo para divulgar los gestos heroicos de muchos otros hermanos nuestros esparcidos en cada rincón de la tierra, con frecuencia silenciosos testigos del amor de Dios por el hombre.
Fray Damian PĂTRAȘCU, Postulador general.