Desde los primeros días de la guerra, el Convento está llevando a cabo actividades caritativas con presteza. Concierne principalmente a la población vecina, pero también alcanzan a quienes viven lejos, en lugares que carecen de artículos de primera necesidad.
Al principio de la guerra, nos ocupamos de la evacuación de civiles de lugares amenazados por operaciones militares. Fueron necesarios muchos días y muchas noches para ayudar a personas aterrorizadas en su éxodo desde sus hogares a estaciones de ferrocarril, pasos fronterizos o centros de migrantes instalados apresuradamente en conventos o escuelas del país. Muchas carreteras estaban bloqueadas por coches, cerradas por las tropas de ocupación rusas o eran demasiado peligrosas debido a las hostilidades en curso.
Al cabo de unos días, junto con los ciudadanos que quedaban, y tras recibir alimentos desde el occidente, unimos nuestras fuerzas para ayudar a la población que llegaba. Acogimos a migrantes en los Conventos, preparamos comida para los que acampaban en las estaciones de tren y autobús, distribuimos alimentos a los que vivían en las escuelas y locales cedidos por la población local, así como a los que mantenían el orden en la ciudad y velaban por la seguridad de los residentes y el funcionamiento de las infraestructuras urbanas.
El Convento de Borýspil, cerca de Kiev, se utiliza desde hace meses como punto de transbordo de ayuda humanitaria. Los hermanos distribuyen regularmente ayuda a las localidades al este de la ciudad, que han sido liberadas de la ocupación. Apoyan a los habitantes más necesitados que, por diversas razones, no han abandonado sus hogares. Muchas ciudades y pueblos han sido destruidos por las tropas rusas en retirada y privados de suministros regulares de alimentos, electricidad y gas. También prestamos asistencia a los defensores de la ciudad, tanto a la defensa territorial civil como a las tropas militares que permanecen en la zona.
Otra iniciativa en la cual los hermanos participan: ayudar a entregar vehículos todoterreno y ambulancias en el frente para los soldados que luchan en el este. Recogimos los vehículos de los voluntarios en la frontera, los entregamos a los servicios de automoción, donde fueron reparados y adaptados a las necesidades del ejército, y luego entregados a los soldados en el frente. Además de los vehículos, donamos ropa, alimentos, productos de higiene personal y material médico para soldados y civiles.
La ubicación del Convento de Borýspil es muy útil para acoger a voluntarios y socorristas que transportan ayuda humanitaria. Casi todos los días recibimos huéspedes a los que, además de alojamiento, ofrecemos una comida, apoyo espiritual y un lugar para rezar.
Actualmente, seguimos transportando ayuda a las zonas liberadas de la ocupación. Para ello, los días 12 y 13 de enero de 2023, visitamos las inmediaciones de la ciudad de Járkov, situada a 40 km de la frontera rusa. Donamos a la población local alimentos, productos de limpieza y generadores eléctricos para el puesto médico. De camino, visitamos la sede de Cáritas de la Diócesis de Járkov-Zaporiyia, donde nos informamos de las necesidades actuales de esa región. Como resultado, estamos preparando nuestro próximo viaje…
El video del último viaje está disponible en: https://youtu.be/TGFU_RuvLtQ.
Custodia provincial de la Santa Cruz en Ucrania.