El día 7 de noviembre 2018, el Santo Padre Papa Francisco ha reconocido las virtudes heroicas del Siervo de Dios Lodovico COCCAPANI, laico de la Orden Franciscana Seglar.

El Siervo de Dios nació en Calcinaia (Pisa) el 23 de junio del 1849, de Sigismondo (artesano) y de Fortunata GUELFI. Al día siguiente le fue administrado el Sacramento del Bautismo recibiendo el nombre de Lodovico Francesco Angiolo Cesare. A la edad de siete años, el 23 de junio de 1856, recibió la Confirmación de manos del Cardenal Cosimo CORSI (1798-1870). El Venerable perdió ambos padres desde muy temprana edad.
Desde el 1864 encontramos al Siervo de Dios en Pisa como estudiante de la Regia Scuola Normale para maestros. El 14 de septiembre del 1867, una vez obtenido el diploma de maestro para la escuela elemental de grado superior, inició a enseñar en la misma ciudad de Pisa. El año siguiente lo encontramos como enseñante en la escuela elemental de Fucecchio (Firenze); aquí el Siervo de Dios permaneció por dos años, recibiendo al final de su servicio formativo, como en Pisa, un reconocimiento público por sus capacidades pedagógicas. En el 1869, el Siervo de Dios renunció voluntariamente a la enseñanza. A partir del 1871, el Siervo de Dios, junto con su hermano y sus hermanas, se trasladó a la ciudad de Pisa.
Más adelante ganó el concurso como Exactor de la Cámara de comercio de Pisa, del 1872 al 1883. Al final del mandato se dedicó exclusivamente a las actividades de caridad, viviendo del trabajo del hermano sacerdote Don Lionello y del dinero del patrimonio familiar.
El sábado 7 de diciembre de 1907, vigilia de la fiesta de la Inmaculada, el Siervo de Dios vistió el hábito terciario franciscano. El año siguiente, el 8 de diciembre, emitió su Profesión religiosa.
Al final de los años ochenta del 1800, el Siervo de Dios se verá cada vez más involucrado activamente en la evangelización y en las obras de caridad. Al mismo tiempo, brindará su adhesión a varios comités de asistencia civil y religiosa. De hecho, COCCAPANI, a partir del 1894, entrará a formar parte de la Conferencia de San Vicente de Paúl de Santa Maria del Carmine, y al año siguiente en la de Santa Eufrasia, siendo de ésta última el presidente del 1907 hasta su muerte. A partir del 1914 el Siervo de Dios fue elegido Presidente de las tres Conferencias de San Vicente en la ciudad. En 1918, por sus méritos caritativos y por interés del Cardenal MAFFI, le fue conferido el honor de Caballero de la Orden Pontificia de San Jorge Magno clase civil.
La actividad caritativa del Siervo de Dios tuvo un notable impacto también a nivel social. De hecho, inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial, estuvo comprometido en la asistencia moral y material de los encarcelados. Su compromiso con los encarcelados fue premiado por las autoridades civiles en el 1925, con una medalla de bronce y el diploma en mérito de la redención social. Estos dos reconocimientos explican por qué el Siervo de Dios recibiera el sobrenombre de “Caballero de la Caridad”.
Su actividad no pasó desapercibida entre los personajes más destacados del ambiente católico. Mantuvo óptimas relaciones con el Cardenal Pietro MAFFI (1858-1931), al cual donó su casa de Calcinaia para la construcción de un asilo. También mantuvo relación con el futuro Beato Giuseppe TONIOLO (1845-1918) a causa del compromiso en común en favor del rescate de los jóvenes. Desarrolló una igualmente buena relación con S.E. Mons. Francesco Maria BERTI (1868-1944).
El Siervo de Dios murió a la edad de 82 años, consecuencia de una bronconeumonía.

Fray Damian-Gheorghe PĂTRAŞCU, Postulador general