No está puesto ningún letrero que diga “comida para los pobres”, ninguna cesta para donativos colocada a la vista, ni tampoco un almuerzo caliente o una atractiva zona para sentarse a comer; lo que hay es una simple merienda sustancial. “¡Cualquiera que venga aquí” –dice Fray Ludwig MOSCHEL portero del Convento de la Santa Cruz de Nuestro Señor Jesucristo en Würzburg- “es porque realmente lo necesita!”.

Como nos cuenta la historia, siempre se ha brindado una merienda en las puertas del Convento en la Franziskanergasse (vía de los franciscanos). Esta consta de algunas rebanadas de pan, mantequilla, mermelada, queso y longaniza. Todo muy sencillo. Cada mes asisten entre 300 y 400 personas, ahorrándose así algunos euros. Ninguno debe firmar, ninguno debe demostrar su propia indigencia, ninguno debe decir su nombre; simplemente recibe ayuda. Normalmente se trata sólo de una merienda, pero a veces se trata también de una buena palabra por el camino, de un consejo, de un consuelo.
Según el Guardián Fray Adam KALINOWSKI, no se crea mayor drama por el alimento ofrecido en la portería, porque “forma parte de nuestra tradición: simplemente estamos ahí. Durante el medioevo, nuestros Conventos fueron construidos en la periferia de la ciudad para estar cerca de los pobres. Con frecuencia éramos la primera escala, a veces la última”. Naturalmente, en el transcurso de los siglos la Orden ha dado también grandes teólogos y papas, se han asumido importantes cargos de cuidado pastoral y se han fundado varias obras religiosas, pero, por fortuna, la relación con los inicios nunca se ha perdido completamente: “estar ahí para las personas en apuros y que simplemente necesitan ser ayudadas”, dice Fray Adam. Los 20 hermanos del Convento de Würzburg se encuentran en medio de esta tradición también hoy en día, no en modo espectacular, sino simplemente estando ahí.
En la crisis del Corona-virus, donaciones como la distribución de un poco de comida en la portería del Convento, vuelven a estar en el centro del interés público. De este modo, Fray Ludwig ha revisado las estadísticas, de las cuales emerge rápidamente una tendencia: en el mes de marzo de 2019 fueron distribuidas 350 porciones, en marzo de este año 451, con un aumento casi del 30%. En abril el aumento es todavía más significativo: hasta el día 6 de abril, las porciones distribuidas habían sido 120. Durante el mismo periodo del año anterior sólo 57. La comida es enteramente financiada con el dinero que la gente ofrece con motivo del “Antoniusbrot” (pan de San Antonio) en nuestra iglesia ubicada en la Franziskanergasse.

Fray Andreas MURK