Concierto solemne y exposición documental

El 3 de junio de 2025, en el marco solemne de un evento cultural y espiritual de gran relevancia, se ofreció un concierto conmemorativo con motivo del Centenario de la llegada de Mons. Angelo RONCALLI a Bulgaria, futuro San Juan XXIII, en la iglesia de San Francisco de Asís de Sofía. La iniciativa fue organizada por los Hermanos de la Delegación provincial en Bulgaria de la Provincia de la Madre de Dios Inmaculada en Polonia (Varsovia), en honor a la figura de este gran pastor y diplomático de la Iglesia, cuyo servicio en Bulgaria entre 1925 y 1934 dejó una profunda huella en las relaciones eclesiales y humanas entre Oriente y Occidente.

Entre los invitados de honor se encontraban Su Majestad el Rey Simeón II, último monarca reinante de Bulgaria, y el Ministro de Política Social, Borislav GUTSANOV, quienes con su presencia subrayaron la importancia del legado histórico y espiritual de Mons. RONCALLI para el pueblo búlgaro.
La velada musical fue confiada al ensamble “Collegium Lapis Lazuli” (Colegio Lapislázuli), apreciado por su refinamiento interpretativo, bajo la dirección artística de la Profesora Neva KRÜSTEVA, figura eminente de la escena musical y académica búlgara. El programa presentó obras de autores sacros y clásicos, ejecutadas con una sensibilidad profunda, creando una atmósfera de recogimiento y gratitud.
Al término del concierto se inauguró oficialmente una exposición documental dedicada a la labor pastoral, cultural y humanitaria de Mons. RONCALLI en Bulgaria. La exposición reúne fotografías, cartas, artículos de prensa y objetos de época, y ofrece una visión viva y conmovedora de su labor como Visitador Apostólico y, posteriormente, como Delegado Apostólico. Se ha prestado especial atención a sus gestos de cercanía hacia las comunidades católica, ortodoxa y armenia, así como a su compromiso con la paz y el diálogo ecuménico.
Este evento no solo evocó la memoria de Juan XXIII, sino que también renovó el llamado a vivir su legado: un hombre de fe, diálogo y profunda humanidad, cuyo vínculo con Bulgaria sigue siendo un signo de esperanza para las generaciones futuras.

Fray Jarosław BARTKIEWICZ.