26 de octubre de 2020.

Queridos hermanos,
les escribo esta carta después de pocos días de mi regreso a Padua, después de haber pasado un par de semanas visitando a nuestros hermanos de la Delegación en Portugal. Lo hago para dar voz a la alegría que, de manera inesperada, nos ha invadido ayer, domingo 25 de octubre de 2020, cuando el Papa, al final del Angelus, ha dado la noticia del nombramiento de 13 nuevos Cardenales. ¡Qué emoción escuchar el nombre de nuestro hermano Fray Mauro GAMBETTI entre los que el Pontífice ha indicado!

Una vez más nos hemos quedado sorprendidos. El nombramiento episcopal de Fray Mauro, muchos de nosotros lo creíamos posible, dadas sus capacidades y el óptimo servicio realizado primero en la Provincia –en aquel entonces Provincia Boloñesa- y luego en Asís, donde servía como Custodio del Sacro Convento desde febrero del 2013. Pero no pensábamos al nombramiento cardenalicio. Al menos no por ahora. Y en cambio aquí estamos, en medio de esta alegre noticia que nos llena de júbilo y nos hace sentir orgullosos de nuestra familia de Hermanos Menores Conventuales, tan apreciada especialmente en este momento de la Iglesia universal. ¡Y qué gran honor para nuestra Provincia religiosa que, después del sorprendente nombramiento episcopal de Fray Marco TASCA como Arzobispo de Génova, ve otro miembro suyo elevado a tan alto cargo eclesiástico!

El efecto de este nombramiento es aún mayor si se piensa que ningún hermano menor conventual había sido elegido cardenal desde el consistorio del 27 de septiembre de 1861. En aquel entonces le tocó a nuestro hermano siciliano Fray Antonio Maria PANEBIANCO (1808-1885), creado cardenal presbítero, primero como titular de San Jerónimo de los Croatas, luego de los Santos XII Apóstoles. Fue Prefecto de la Congregación para las indulgencias, Penitenciario mayor de la Penitenciaría apostólica, Secretario de la Congregación de la Inquisición y Camarlengo del Colegio cardenalicio. Desde entonces han pasado 159 años, ¡la entera historia de Italia desde el año de su Unidad!

Quisiera que el nombramiento de Fray Mauro como miembro del Colegio Cardenalicio fuese para todos nosotros motivo de agradecimiento al Señor, que nos bendice con la riqueza de sus dones. Y deseo que también recordemos a Fray Mauro en nuestras oraciones para que Dios le conceda siempre servir a la Santa Madre Iglesia con amor y plena dedicación.

Entre nosotros también hay quien, ante estos nombramientos eclesiásticos, piensa que perdamos hermanos preciosos para nuestra Orden. Si bien por un lado comprendo su modo de pensar, ya que estos hermanos dejan físicamente nuestras fraternidades, por el otro lado estoy convencido de que de esta manera ellos se convierten en un precioso don para la Iglesia. Y, por ende, también para nosotros, que formamos parte de la Iglesia.

Este evento nos sirva de impulso para renovar nuestro deseo de responder con fidelidad a nuestra vocación.

Fraternalmente.

Fray Roberto BRANDINELLI
Vicario provincial de la Provincia Italiana de San Antonio de Padua.