La misión es la respuesta a una llamada. Antes de participar en la JMJ, un pequeño grupo de jóvenes frailes han acogido con entusiasmo la invitación para participar de la misión entre la gente de las comunidades más lejanas de la Diócesis de Colón en Panamá.

Los hermanos OFMConv provenientes de Colombia: Fray Fabián Alberto MARTÍNEZ ARAQUE, Fray Julián Oscar ARIAS FERÁNDEZ, Fray Daniel Andrés BOHÓRQUEZ GALVIS y del Brasil: Fray Flávio Martins VENÂNCIO, estuvieron acompañados por Fray Jarosław WYSOCZAŃSKI, Secretario general para la animación misionera (SGAM).
En particular, los objetivos han sido: compartir el carisma franciscano de “vivir entre y con la gente”, ayudar a los jóvenes frailes a redescubrir la experiencia de fe y el espíritu misionero, vivir una experiencia de Evangelio y favorecer en los jóvenes frailes la disponibilidad a servir a los últimos, así como acoger en el corazón la invitación del Obispo de Colón.
La propuesta misionera a la que han dicho sí, ha sido la de crear una fraternidad dispuesta a compartir la propia fe y ser testimonios de esperanza entre la gente, que sólo una vez al año tienen la oportunidad de participar en la Eucaristía. Los frailes partieron de la ciudad de Panamá, llevando en el corazón dos grandes deseos: compartir nuestra fe con el pueblo panameño, más allá de las diferencias culturales, lingüísticas y sociales, y conocer más de cerca sus vidas.
Vivir la fraternidad es el primer gran paso para ser misioneros creíbles y auténticos. Llegados a Panamá el día 17 de enero de 2019, partieron hacia Colón, donde fueron acogidos por Don Carlos RODRÍGUEZ, Asistente de la grande Parroquia de San Lorenzo. Atravesando el Canal de Panamá llegaron a Río Indio.
Las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada acogieron a los frailes en los locales de su escuela. El día siguiente llegaron a El Jobo, un pueblo sobre el río. Aquí celebraron la Misa y tuvieron un bonito momento de convivencia e intercambio sobre nuestra vida y vocación. Después continuaron su viaje hacia dos comunidades: Los Bajitos y Jobo Centro.
Llegados a pie y a caballo, tuvieron una probadita de la estupenda acogida de los campesinos, pudiendo conocer un poco del campo de misión, que llegaría a ser utilísimo después, por parte de los jefes del pueblo (delegados).
Después partieron para hacer un poco de catequesis y servicio en diversos pueblitos cercanos a Los Bajitos y Jobo Centro, donde la pobreza es muy grande, quedando siempre maravillados por la generosidad de la gente. Durante el tiempo de la misión compartieron la Palabra y la Eucaristía; también visitaron a los enfermos y a las familias más alejadas en las periferias.
Cada tarde se tuvo una fiesta con los jóvenes, niños y adultos, los cuales asistieron de varios lugares cercanos y lejanos. Compartieron con ellos momentos de oración por la paz, sencillos alimentos y juegos. Pudieron experimentar, como sucede tantas veces en misión, que más que dar se recibe, respirando la alegría de la fe. Al final de la experiencia en Los Bajitos y Jobo Centro, se despidieron, llenos de emoción y gratitud, por haberse descubierto amigos fraternos.

Fray Jarosław WYSOCZAŃSKI, Secretario general para la animación misionera