El 8 de diciembre de 2023, dos hermanos emitieron los votos solemnes en la Basílica de San Francisco de Asís de Cracovia. Los fieles reunidos en el templo rezaron para que estos religiosos se parezcan cada día más a Cristo: castos, pobres y obedientes.

Los nuevos Profesos solemnes son: Fray Vladyslav PASHAYEV de la Custodia Provincial de la Santa Cruz en Ucrania y estudiante en el Seraphicum de Roma, y Fray Adam GRUSZCZAK de la Provincia de San Antonio y del Beato Jacobo de Strepa en Polonia (Cracovia), que está sirviendo en Neustadt – Alemania.
Estuvieron presentes en la celebración el Ministro provincial de Cracovia Fray Marian GOŁĄB, que presidió la Eucaristía, el Vicario de la Custodia de Ucrania Fray Stanisław PĘKALA, el Guardián y Rector del Colegio Seraphicum Fray Adam MĄCZKA, el Custodio provincial de San Leopoldo y San Nicolás de Flüe en Austria y Suiza, Fray Dariusz ZAJĄC y el Delegado del Ministro provincial en Alemania y Guardián del Convento de Neustadt Fray Stanisław ŚLIWIŃSKI.
«No estamos seguros de por qué el Señor Dios nos ha llamado a esta forma de vida en la familia franciscana, pero sabemos y estamos convencidos de que esto es lo que queremos», dijo Fray Vladyslav PASHAYEV en su agradecimiento a los presentes. «Hoy hemos dado una respuesta concreta al don de la vocación que hemos recibido».
En su homilía, Fray Stanisław PĘKALA dijo que los votos son una entrega confiada a la Iglesia y un ponerse a disposición de la Orden. Se refirió a la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, que cae en este día: «Sigamos el ejemplo de María, porque ella vivió cerca de Jesús, a su sombra. A imitación suya, procuremos vivir constantemente cerca de Jesús, contemplar a menudo su rostro admirable en el Santísimo Sacramento».
Fray Marian GOŁĄB subrayó que los votos son un momento especial para testimoniar el amor a Dios, una manera especial de empezar a servirle, porque «los votos perpetuos no son el final, no son la meta, son sólo el principio». Deseó a los hermanos ser siempre una bendición para las comunidades a las que serán enviados, que lleven paz y alegría, y que sean verdaderos instrumentos de paz y de bien en el mundo. Y que el Ministro provincial, después de su muerte, pueda decir a Dios: «Gracias, Señor, por la hermosa vida de estos hermanos, por su vida santa».

Fra Jan M. SZEWEK.