El 4 de octubre de 2020, el Secretario de Estado, Card. Pietro PAROLIN, junto con Mons. Gianfranco GIROTTI OFMConv y el Ministro general Fray Carlos Alberto TROVARELLI, ha presidido la solemne celebración en honor de San Francisco de Asís en la Basílica de los Santos XII Apóstoles de Roma, en presencia de los Guardianes de las Casas generalicias de la capital y de muchos hermanos de las mismas.
Los hermanos han recibido la invitación por parte del párroco Fray Agnello STOIA, con ocasión de la solemnidad del Seráfico padre, también para conferir el sacramento de la Confirmación a muchachos, jóvenes y algunos adultos. Trece muchachos, con sus familias, frecuentan de varios años atrás nuestra Parroquia y han sido guiados por Fray Simone SCHIAVONE como catequista; a partir del mes de Noviembre iniciaran el camino post-confirmación, colaborando en las principales realidades caritativas de la ciudad de Roma, comenzando por el “Centro de escucha” parroquial de los Santos XII Apóstoles. Once confirmandos más, tanto jóvenes como adultos, fueron presentados por algunos hermanos presbíteros de las Rectorías presentes en el territorio parroquial, por los padres Jesuitas de la Pontificia Universidad Gregoriana y también por Fray Víctor MORA MESÉN de nuestra comunidad conventual.
Durante el saludo inicial del Párroco al Cardenal PAROLIN, además de presentar a los candidatos al sacramento de la Confirmación, ha expresado en nombre de todos los presentes su cercanía al Santo Padre en la jornada pro-epíscopo de la Diócesis de Roma, asegurándole su oración a Su Eminencia, quien se encuentra entre los primeros colaboradores del Papa Francisco, encomendándolo a la intercesión de Felipe y Santiago y de todos los Apóstoles. El mismo Fray Agnello ha explicado a los presentes el sentido de los dones ofrecidos por los confirmandos sobre la confessio de los Apóstoles: una flor, signo de la juventud donada con entusiasmo, como el Apóstol Felipe que fue el primero junto con Andrés que siguió al Señor; un canasto con productos alimenticios, como signo de cercanía a los pobres, para que nunca falte en la Eucaristía la atención y el cuidado concreto de los pobres, como enseña Santiago Apóstol en su Carta.
Fray Maurizio DI PAOLO