El sábado 6 de abril de 2024, en la Basílica de San Francisco de Asís de Palermo, Fray Alberto BARBARO emitió su Profesión solemne en manos del Ministro de la Provincia Italiana de la Inmaculada Concepción Fray Gaspare LA BARBERA.

El mismo Ministro presidió la celebración en presencia del Asistente general FIMP (Federazione Intermediterranea Ministri Provinciali) Fray Giovanni VOLTAN. Numerosos eran los Hermanos de la Provincia, los religiosos de las otras familias franciscanas, el clero diocesano y fieles presentes. Ante la comunidad eclesial reunida, Fray Alberto confirmó su sí para siempre en nuestra familia de Hermanos Menores Conventuales.
Fue un día lleno de Gracia en el que alabar y dar gracias al Señor por las maravillas que continuamente regala a la humanidad a través de la historia de todo aquel que quiere responder con su vida al llamado del seguimiento de Cristo.
Y es precisamente con su historia con la que Fray Alberto consigue ser un testigo creíble de una vocación en la que hay que saber esperar, dejando que Dios actúe según sus tiempos.
Originario de Salemi en Sicilia, respiró el carisma franciscano desde niño. En 1980, con sólo diecisiete años, participa en un campamento vocacional en Marineo, también en Trinacria, dejando aflorar ese sentimiento vocacional, tendente a una propuesta de vida religiosa. Pero el curso de los acontecimientos le llevó a tener que dejar de lado aquel sentimiento que, como una semilla, permanecía en su corazón a la espera de germinar.
Hijo único, habiendo fallecido su madre, cuidó amorosamente de su padre inválido durante muchos años. A ello se sumará el trabajo, de modo que todo su tiempo se verá ocupado. Fueron varias las ocasiones en las que Alberto volvería a encontrarse con los Hermanos y, en particular, con Fray Gaspare, quien experimentaría cómo aquel sentimiento vocacional, a pesar del tiempo y de los acontecimientos, nunca decaía. Así, tras un breve paso por la experiencia monástica, su vocación religiosa se confirmará en la vida franciscana.
Compartieron la alegría y la emoción del acontecimiento de la Profesión quienes conocían a Alberto desde siempre, como sus familiares y primos venidos también de lejos, pero también quienes lo habían conocido en los últimos años, precisamente durante su camino de formación, y supieron captar en él los signos de Dios en su historia, apreciarlo y amarlo.
Pero, sobre todo, la Palabra de Dios propuesta por la liturgia del segundo domingo de Pascua trazó los contornos de la vocación franciscana y también la historia de Fray Alberto.
Como dijo el Ministro provincial en su homilía: “la fraternidad es una palabra clave y fundamental de la espiritualidad franciscana», recordando que es precisamente la fraternidad lo que atrae y desea todo aquel que quiere entrar en la familia franciscana, y es de lo que da fe todo Hermano en cualquier momento de su vida.
A continuación, Fray Gaspare se centró en la comunión, en la comunidad como lugar donde se puede experimentar plenamente la propia humanidad, la propia fragilidad y la fuerza regeneradora y sanadora del espíritu. En efecto, en la comunidad cada uno puede descubrir la singularidad del otro y hacer fructificar sus talentos. Porque, como repetía Francisco de Asís: vivir según el Evangelio, con los mismos sentimientos de Cristo, lleva a la comunidad.
Damos gracias al Señor y a nuestro seráfico padre San Francisco por el don de Fray Alberto, y pedimos al Señor que haga cada vez más fecunda nuestra Orden.

Fray Rosario TERRANOVA Secretario provincial.