Del 16 al 20 de marzo de 2020, los frailes de las tres comunidades en Chile (Copiapó, Santiago y Curicó), se reunieron en el Monasterio de las Hermanas Trapenses “Nuestra Señora de Quilvo”, un ambiente fraterno y acogedor que, desde hace algunos años, se ha vuelto un lugar muy querido para los frailes y un punto de referencia para sus retiros espirituales.
La pandemia del coronavirus (covid19), que ya está presente también en Chile, no ha impedido a los frailes de la Delegación realizar sus retiros de este año. Además de los dos postulantes, también ha participado el Asistente general FALC (Federación América Latina Conventuales) Fray Rogério PEREIRA XAVIER, que se encuentra realizando la visita canónica a la Delegación. La meditación diaria ha estado a cargo de Padre Richard Marcelo DIAZ VILLALOBOS, Sacerdote diocesano de la Diócesis de Talca y párroco de la parroquia San Juan de Dios de Teno.
El primer día, los hermanos lo dedicaron a tratar temas de la Delegación, a compartir experiencias de las actividades del verano, como la misión juvenil y la misión en Italia de los jóvenes de Curicó, y a revisar los demás aspectos de la vida fraterna como la pastoral vocacional y la economía.
En los días siguientes, en línea con el Proyecto Cuadrienal de la Delegación “Transformarnos para renovarnos”, el Padre Marcelo invitó a los hermanos a revisar la situación social y eclesial actual, para así entender bien el lugar en que viven; luego, a entrar en “nuestra casa”, que es nuestro corazón, donde Dios habita y habla con nosotros; y por último, como el buen Samaritano, a salir al encuentro de los hermanos necesitados y renovar el compromiso de una vida disponible y responsable.
El tercer día por la tarde, los hermanos compartieron sus proyectos personales para el presente año. Y en el último día, antes de una sencilla evaluación de la semana, el Delegado Fray Tullio PASTORELLI y Fray Rogério compartieron con todos los temas de la última Asamblea FALC y la situación actual de la Federación.
Todos los hermanos han agradecido y reconocido la belleza de este tiempo precioso y la gracia de poder fortalecer la propia vida espiritual, así como la vida fraterna de la Delegación.
Fray Jack GINTING.