En la tarde del 1 de diciembre de 2023, la Basílica de los Santos XII Apóstoles acogió a un numeroso público de religiosos y laicos, entre ellos feligreses, estudiantes y especialistas en historia del arte y arqueología, deseosos de conocer la nueva disposición del altar de la primera iglesia, que albergaba ab antiquo las reliquias de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago el Menor, y parte de su suelo de mosaico policromado, recientemente descubierto en el claustro del Convento.

El acontecimiento, de considerable importancia, fue deseado y promovido por Fray Francesco CELESTINO Guardián y Párroco de la comunidad religiosa local, en el marco de las celebraciones de la Inmaculada.
Las visitas al altar y al mosaico, dirigidas respectivamente por Fray Agnello STOIA y Fray Simone SCHIAVONE, estuvieron precedidas por dos ponentes que contribuyeron a situar los objetos de los Santos Apóstoles en el contexto del renacimiento de Roma por los bizantinos. La profesora Alessandra GUIGLIA (Universidad La Sapienza), una de las mayores expertas internacionales en escultura altomedieval y bizantina, informó sobre la producción escultórica en la Roma bizantina del siglo VI. El Prof. Olof BRANDT (Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana), con un excursus sobre los pavimentos en uso en la Urbe en ese mismo periodo, compartió las últimas novedades de la investigación doctoral del abajo firmante, de la que es supervisor, y esbozó lo que podrían haber sido las formas arquitectónicas de la primera basílica erigida bajo el papa Pelagio I (556-561) y completada por su sucesor Juan III (561-572).
El evento se abrió con los saludos del Vicario general, Fray Jan MACIEJOWSKI, y de Fray Francesco CELESTINO, que instaron a los ciudadanos a cuidar el monumento como patrimonio de la comunidad. También estuvieron presentes representantes de los organismos que autorizaron y supervisaron la restauración del altar y la excavación arqueológica en el claustro: el Dr. Antonio TEDESCHI por el FEC (Fondo Edifici Culto del Ministero degli Interni) y el ingeniero Silvio SCREPANTI por el Gobierno de la Ciudad del Vaticano. También estuvieron presentes quienes se ocuparon de la dirección científica, a saber, la arquitecta Danila BARSOTTINI (Soprintendenza Speciale Archeologia, Belle Arti e Paesaggio di Roma) y el Prof. Giandomenico SPINOLA (Musei Vaticani), que describieron el proceso ejecutivo de ambas obras, su calendario y la decisión de implicar a distintas competencias profesionales y científicas.    
Las intervenciones fueron moderadas por el Procurador general Fray Maurizio DI PAOLO, quien ilustró la historia de las dos obras: la del altar iniciada en 2019 a raíz del reconocimiento de los restos de los Apóstoles ordenado por el entonces párroco Fray Agnello STOIA, y la excavación arqueológica promovida y realizada en 2021 por el arqueólogo Fray Simone SCHIAVONE.
El altar había caído en el olvido después de salir a la luz en 1873 tras la construcción de la cripta por el arquitecto Luca CARIMINI. El proyecto de ampliación de la sala que lo alberga, dirigido por el arquitecto Marco SETTI por encargo de la Soprintendenza local, ha facilitado un mejor uso, gracias también a un adecuado sistema de iluminación. El precioso ejemplar, único por su aspecto y por la presencia de un gran relicario interno, fue sometido a un minucioso y exhaustivo programa de limpieza e integración de las lagunas tanto de la parte inmueble (base) como de la parte móvil (losas de mármol pavonazzetto y pilares angulares de mármol Luna), que fueron desmontadas y trasladadas al laboratorio. Estas operaciones permitieron realizar una minuciosa documentación gráfica, fotográfica y descriptiva, constatando la presencia de huellas modernas de manipulación en la solera de cimentación y de grafitos antiguos (cruces, firmas autógrafas, dibujos) tanto en la cantina como en las paredes verticales de cierre, así como comprender el sistema y su funcionamiento. En efecto, la estructura estaba dotada de una abertura frontal (fenestella confessionis) protegida por una reja metálica y cerrada por una puerta de doble vertiente, a través de la cual los fieles podían ver el depósito sagrado de los Mártires y llegar a sus huesos por medio de tejidos (brandea) que se convertían en reliquias ex contactu.
La exploración del claustro, por otra parte, permitió descubrir un interesante mosaico de 8 metros de longitud, contraparte (pendant) del mosaico simétrico hallado en 1996 en la capilla del cardenal BESSARIONE. El teselado, subdividido en cuadrantes decorados con diversos motivos geométricos lineales y circulares, repletos de figuras que recuerdan grandes rosetones, está relacionado con el tipo de grandes baldosas teseladas para el suelo que se atestiguan en Roma desde mediados del siglo VI y a lo largo del siglo VII con un pequeño número de atestaciones. Este nivel de frecuentación, comprometido en el centro por la apertura de una pila revestida de losas de pórfido rojo para el depósito de las reliquias de Savino, Clemente y Tomás (debido a la presencia de su colobion – túnica dalmática), permaneció en uso hasta finales del siglo XIV-principios del XV, cuando se elevó el nivel del suelo a instancias del papa Martín V Colonna, que había llevado a cabo importantes obras de reconstrucción del edificio, parcialmente abandonado y en desuso tras el terremoto de 1349. Durante el siglo XV, este suelo fue reconstruido tres veces, las dos últimas de las cuales pueden verse cerca del asiento de mampostería que recorre la curva del ábside y se refiere a los años de la llegada de los Frailes Menores Conventuales (1463): en aquella época, la capilla estaba dedicada a San Francisco de Asís y se utilizaba para la oración coral.
Por consiguiente, en los Santos XII Apóstoles la búsqueda de las raíces de la Basilica apostolorum Philippi et Iacobi de época bizantina es colateral al redescubrimiento de la presencia de la familia franciscana conventual, que durante casi medio milenio ha custodiado los vestigios de un pasado aún en gran parte desconocido, pero que se espera poder desvelar lo antes posible.   

Fray Simone SCHIAVONE.