El 13 de octubre 2018 ha sido el 101º aniversario de la última aparición de la Madre de Dios a los “tres pastorcillos” de Fátima en Portugal.

En esta ocasión, durante la Misa solemne en el santuario diocesano de Pleven (Bulgaria), en el centro del presbiterio ha sido bendecido el nuevo altar-tríptico. Los autores de esta obra son: Margarit IVANOW, Atanas ATANASOV y Stanimir ZHELEV. El nuevo tríptico ha sido colocado en el lugar de un grupo de esculturas que representan a la Madre de Dios junto con los tres niños de Fátima, del Prof. Kirila MESKINA.
El tríptico ha sido bendecido por el ordinario de la Diócesis de Nicopoli en Istrum, nuestro hermano Mons. Petko CHRISTOV. Estuvo presente el Ministro provincial de la Provincia de la Madre de Dios Inmaculada en Polonia (Varsovia) Fray Wiesław PYZIO, quien ha dado la homilía dedicada a las apariciones de la Virgen de Fátima. Muchos invitados del lugar y del exterior tomaron parte en la celebración. Entre ellos estaban también Fray Jacek CIUPIŃSKI Asistente general FEMO (Foederatio Europae Mediae et Orientalis) y Fray Anton BULAI Custodio de la Custodia provincial de Oriente y Tierra Santa, perteneciente a la Provincia de San José Esposo de la B.V.M. en Rumanía.
Las súplicas de los participantes estuvieron dirigidas al “Valle de la Paz” (Cova da Iria) donde la Madre de Dios, revelándose a sí misa a los pastores, les ha pedido su total dedicación a Dios y a Ella, su Madre celestial. Fue entonces que la Divina Providencia intervino en un modo especial para ayudar a la humanidad perdida a ponerse en guardia contra los peligros de una civilización sin Dios. Indicó muchos de los ídolos que en diversos modos buscan destruir al hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, Creador y Padre.
Hace un poco más de veinte años, el Obispo conventual Mons. Petko mientras realizaba una peregrinación a Fátima, sintió en su corazón el deseo de que la nación búlgara llegara a conocer profundamente el mensaje de Nuestra Señora de Fátima. Así, decidió dar a este mensaje, un lugar en su Diócesis donde -como en el corazón latiente de una persona- esté presente la llamada continua a la conversión. Hoy en este lugar existe una comunidad conventual y una Parroquia.
Con una fuerte fe y una fuerte esperanza deseamos que el santuario llegue a ser una ventana abierta a las gracias de Dios en favor de la Iglesia en Bulgaria.

Fray Ventsislav NIKOLOV, Custodio del Santuario