El 27 de junio de 2019 en la basílica romana de San Andrés delle Fratte, 25 personas, siguiendo las huellas y ejemplo de san Maximiliano Kolbe, han realizado su consagración a la Inmaculada ante el altar de la Virgen del Milagro.
El mártir polaco se sentía muy ligado a este santo templo romano, tanto así que el 19 de abril de 1918 celebró ahí su primera Misa; con frecuencia hablaba de la conversión del hebreo Alfonso RATISBONNE a las personas que escribía o que tenía bajo su responsabilidad en la formación. Este templo se trata de un lugar sacro que el santo visitaba frecuentemente ya sea como estudiante en Roma que como peregrino cuando visitaba Italia, después de haber regresado a Polonia.
Los Hermanos “Mínimos” que cuidan tal iglesia, han propuesto a los fieles y a los visitantes un itinerario de preparación en vista de la consagración a la Inmaculada el pasado mes de octubre. Estos Hermanos han involucrado en ello al Centro Internacional de la M.I., el cual se ha esmerado en brindar seguimiento a tan espléndida iniciativa. De esta manera, un grupo de hermanos ha llevado a cabo un proceso de formación y preparación sobre la consagración a la Inmaculada, la cual se ha celebrado en un ambiente de júbilo y recogimiento durante las primeras Vísperas del Sagrado Corazón de Jesús.
Recordamos que cada 27 del mes, en este lugar se conmemora el don de la medalla milagrosa por parte de la Virgen María. En este sugestivo contexto ha sido incluida la liturgia de consagración a María. Los hermanos implicados en la solemne celebración, han recitado la fórmula redactada por San Maximiliano en el 1920 (cfr. SK 37) y han comprendido la importancia y belleza de tal gesto: poner sus vidas en manos de la Inmaculada. Ellos se han comprometido a seguir los pasos del santo polaco que, a partir del rezo de estas frases, ha realizado un camino de misión y de martirio excepcional.
Digno de nota ha sido el esfuerzo y compromiso por parte de la Presidente regional de la M.I. región Lazio y Secretaria de la M.I. Italia, Giuliana DELLA PENNA, que ha acompañado con delicadeza y competencia todo el itinerario. De este modo, San Maximiliano revive en San Andrés delle Fratte, una basílica especialmente amada por él, y que puede llegar a convertirse en punto de partida para tantos hermanos que, en las manos de María, desean vivir en plenitud su propia vocación bautismal.
Fray Raffaele DI MURO, Presidente Internacional de la M.I.