Queridos hermanos, ¡Paz y Bien!

A principios de este año, como Conferencia de la Familia Franciscana, presentamos algunas “Pautas” como nuestra contribución para ayudarnos a vivir de la  manera más significativa posible el Centenario Franciscano, que culminará en 2026 con la celebración del 800 aniversario de la Pascua de nuestro Seráfico Padre San Francisco.

Decíamos en ellas que este viaje de celebración nos ofrece “una preciosa oportunidad para reavivar la riqueza de nuestro carisma con una mirada profética hacia el futuro”.

Corazón de nuestro carisma es, sin duda, la fraternidad evangélica. Desafiante, en este sentido, es la situación actual del mundo, en la que los sentimientos de pertenencia a una misma humanidad se debilitan, y el sueño de construir juntos la justicia y la paz parece una utopía de otras épocas” (Papa Francisco Fratelli Tutti, 30).

Como sabemos, las guerras de intereses proliferan en todos los continentes, muchas veces fratricidas, mientras los poderosos del mundo parecen persistir en extender sus dominios, incluso con el derramamiento de sangre inocente.

Entre nosotros, ciertamente no debe ser así: “…el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos” (Mc 10, 43-44).

Para nosotros, la opción profética se llama “Evangelio”; Evangelio “sine glossa”, pero vivido inteligentemente. Al celebrar al “Hermano de Asís”, invito a cada uno de ustedes a discernir en fraternidad cuál debe ser la inteligencia de vida adecuada a nuestro carisma y a nuestro tiempo.

Sin embargo, tengamos en cuenta que la “mirada profética” y los “intereses personales” compiten entre sí, uno en detrimento del otro. La elección es nuestra. Optemos por vivir en la autenticidad de nuestro carisma, ¡y no permitamos que la lógica del mundo y del poder impregne nuestros corazones! 

¡Que San Francisco nos enseñe el camino!

Fray Carlos A. TROVARELLI
Ministro general