Por segundo año consecutivo, se ha celebrado la fiesta de la Custodia general del Sacro Convento de San Francisco de Asís en Italia junto con la solemnidad de la Dedicación de la Basílica papal de San Francisco.

El lunes 24 de mayo 2021 a las 11:00 am, en la Basílica superior, ha tenido lugar la solemne concelebración Eucarística presidida por el Custodio general Fray Marco MORONI, en presencia de la Orden Franciscana Seglar y de las comunidades religiosas masculinas y femeninas de las familias franciscanas presentes en Asís, además de los representantes de las instituciones de la “Serafica Civitas”.
La historia nos cuenta que inmediatamente después de la canonización acontecida el 16 de julio de 1228, el Papa Gregorio IX quiso que en honor del seráfico padre San Francisco fuese erigido en Asís un magnífico templo, donde fueran conservados sus restos mortales. Este mismo Pontífice fue quien bendijo la primera piedra, y en el 1230 ordenó que el cuerpo del Santo fuese trasladado desde la iglesia de San Jorge a la nueva Basílica, a la cual llamó “Cabeza y Madre” de la Orden de los Menores. En el año 1253, el Papa Inocencio IV consagró solemnemente las dos iglesias de la Basílica y el Convento. El templo fue elevado a Basílica patriarcal y Capilla papal por Benedicto XIV en el 1754.
En su homilía, el Custodio dijo, entre otras cosas: “Uno de los elementos que me fascinan de esta Basílica es el hecho de que la tumba de San Francisco se encuentra en el fondo de una especie de pilar, en la base de toda la construcción. La tumba del “alter Christus” se ha convertido en una piedra angular, elegida y preciosa. Si Francisco, en el sueño de Inocencio III, sostenía la Basílica de Letrán con sus esbeltos hombros, ahora, desde hace ochocientos años, sus frágiles huesos sostienen simbólicamente el enorme peso de todo este complejo, pero aún más, sostienen los caminos de miríadas de hombres y mujeres que se han dejado envolver por su propuesta de vida, por su pequeñez, por el encanto de su sencilla predicación y su generoso y apasionado testimonio, tanto ayer como hoy”.
En seguida, Fray Marco invitó a los hermanos a ser dóciles a la acción del Espíritu Santo, para hacer visible la presencia de Jesucristo en el mundo. Por último, puso la vida de la Custodia en manos de San Francisco y de María Madre de la Iglesia (memoria que el Papa Francisco ha hecho obligatoria para toda la Iglesia el lunes después de Pentecostés), que este año cae en este día.
Después de la celebración, dadas las normas anti-pandémicas, fueron sólo los hermanos de las tres comunidades de la Custodia los que continuaron la fiesta, compartiendo el almuerzo en el refectorio del Convento.

Fray Mario CISOTTO, Secretario custodial.