INTRODUCCIÓN

En el soportal del Sacro Convento de Asís, ese lugar que contempla Perusa y la totalidad del Valle de Espoleto, lugar tan querido por cada uno de nosotros frailes y que nos hace sentir en casa, precisamente ahí se encuentra colocada una lápida con estos tercetos:

Entre el Tupín, y el río que desciende
de la colina del piadoso Ubaldo,
de alta montaña, fértil cuesta pende,

y entra a Perugia el frío y el rescaldo
por su puerta del sol, y a espaldas llora
bajo su yugo, el de Nocera y Gualdo:

allí donde la cuesta trepadora
declina, vino al mundo un sol ardiente,
como en el Ganges se levanta ahora:

quien de palabra designarle intente,
no diga Asís, pues quedaría corto:
si bien quiere nombrarle, diga Oriente.

Quién sabe cuántas veces estas palabras se han cruzado por los ojos de quienes han tenido la suerte de ir ahí y volver. Son los versículos 43-54 del canto XI del Paraíso, tercer canto de la Comedia que la tradición ha llamado divina, porque en ella –como declara el propio Autor- «han puesto mano cielo y tierra» (Par. XXV 2). Un canto enteramente dedicado al Poverello, cuyas alabanzas fueron confiadas a Santo Tomás de Aquino, lo mismo que en el canto sucesivo a nuestro San Buenaventura, le fueron puestas en boca las del padre Santo Domingo.
De autor y protagonista juntos, de Dante Alighieri –considerado el padre de la lengua italiana, pero también el mayor poeta del cristianismo-, este año se cumple el VII centenario de su muerte, cuyas celebraciones fueron inauguradas el pasado 4 de septiembre 2020 en Ravena, ciudad donde completó junto con su poema su misma vida y donde sus restos fueron sepultados.
En las siguientes páginas nos centraremos en algunos aspectos de la vida y obra de este personaje, cuya fortuna ha traspasado de su misma patria las fronteras, aquellas que él mismo llama «del bello país en donde el “” se entona» (Inf. XXXIII 80). Con un poco de orgullo hablaremos también de la relación entre Dante, San Francisco y los franciscanos de su tiempo, pero también de la atención que los franciscanos de los siguientes siglos a él tuvieron y a su poema.  
Pero la invitación que nos hacemos a nosotros mismos y a cada uno de ustedes, es que este recorrido haga nacer en nosotros el deseo de leer o releer la Comedia, quizás comenzando o recomenzando por sus cantos más famosos. No debería ser difícil para nadie, también porque se trata de una obra ampliamente difundida, traducida en varios idiomas europeos, sudamericanos, pero también asiáticos y africanos.
Estamos seguros que será una lectura no sólo agradable, sino sobre todo útil para acompañar nuestro camino diario desde  «la era que nos hace tan feroces» (Par. XXII 151) hasta la meta que todos soñamos y anhelamos: «Aquel que mueve el sol y las estrellas» (Par. XXXIII 145).

¡En alabanza a Jesucristo y a su siervo Francisco..
y en honor de Dante Alighieri “nuestro” poeta
!

Los hermanos del Centro Dantesco de Ravena

Temario:

Introducción
I. Razones para celebrar un centenario
II. El personaje
III. La obra
IV. La Divina Comedia

  1. Infierno
  2. Purgatorio
  3. Paraíso
V. Dante, san Francisco y los franciscanos
VI. Los franciscanos y Dante

  1. El cuidado de sus restos óseos
  2. Lectores y comentaristas
  3. El Centro Dantesco de Ravena
Ravenna
El claustro conocido como “Dante”, del complejo de los antiguos claustros franciscanos de Ravena de la Fundación de la Caja de Ahorro de Ravena donde el Centro Dantesco tiene su sede.

I
RAZONES PARA CELEBRAR UN CENTENARIO

El pasado 4 de septiembre, en presencia del Presidente de la República Italiana Sergio Mattarella, se inauguró en Ravena el VII centenario de la muerte de Dante Alighieri, que tuvo lugar en esa ciudad entre el 13 y el 14 de septiembre de 1321, «en el día –como escribe Giovanni Boccaccio en su Trattatello in laude di Dante – que la exaltación de la Santa Cruz es celebrada por la Iglesia» (XIV). El propio Boccaccio es quien recuerda que el cuerpo del sumo Poeta fue llevado «al lugar de los frailes menores» (XV), en cuya iglesia de San Pedro Mayor, popularmente –entonces como ahora- llamada San Francisco, fue celebrado el funeral y sepultado en el antiguo cementerio.
Un aniversario que puede ser la ocasión –como esperaba el Papa Francisco- de que «la figura de Alighieri y su obra sean nuevamente comprendidas y valoradas, también para acompañarnos en nuestro camino personal y comunitario. La Comedia se puede leer, en efecto, como un gran itinerario, es más, como una auténtica peregrinación, tanto personal e interior como comunitaria, eclesial, social e histórica. Ella representa el paradigma de todo auténtico viaje en el que la humanidad está llamada a abandonar lo que Dante define “la era que nos hace tan feroces” (Par. XXII, 151) para alcanzar una nueva condición, marcada por la armonía, la paz, la felicidad».[1] Y no es la primera vez que un Pontífice cita la figura y obra del sumo Poeta.

Papa Benedicto XV

En el siglo pasado –por nombrar un hecho-, ya lo había hecho Benedicto XV con motivo del centenario del 1921, afirmando que la razón particular por la que también la Iglesia debería celebrar este «aniversario solemne con plena gratitud y con gran concurrencia del pueblo», radica en el hecho de que «Alighieri es nuestro».[2] Y el mismo Pontífice dedicó una Encíclica a Dante en 1921, la cual concluía así: «Quiera el cielo que estas celebraciones del centenario propicien que la enseñanza literaria se imparta en todas partes, que Dante sea tenido en el debido honor y que él mismo sea, por tanto, para los estudiantes, un maestro de doctrina cristiana, ya que él, componiendo su poema, no tenía otro propósito que “elevar a los mortales de su estado de miseria”, es decir, de pecado, y “conducirlos al estado de la bienaventuranza”, es decir, de la gracia divina (Dante Alighieri Epístola XIII, 15)».[3]

San Pablo VI

El mismo concepto fue retomado luego por el santo Papa Pablo VI, quien en 1965, VII centenario del nacimiento de quien él define como “señor del altísimo canto”, escribió: «Quizás alguien se pregunte por qué la Iglesia católica, por voluntad y obra de su Cabeza visible, se toma tan en serio celebrar la memoria del poeta florentino y honrarlo. La respuesta es fácil e inmediata: porque Dante Alighieri es “nuestro” por especial derecho: nuestro, es decir de la religión católica, porque todo respira amor a Cristo; nuestro, porque amó mucho a la Iglesia, cuyos honores cantaba; nuestro, porque reconoció y veneró en el Romano Pontífice al Vicario de Cristo en la tierra». Ciertamente, el Pontífice no calló el hecho de que la voz del Poeta «se elevó y resonó con dureza contra algunos Papas Romanos, y que reprendió con dureza instituciones eclesiásticas y  hombres que fueron ministros y representantes de la Iglesia», reconociendo sin embargo que esta crítica nunca sacudió «su firme fe católica y su afecto filial por la Santa Madre Iglesia».[4]

Un “nuestro” que, por tanto, nos desafía como hijos de la misma Madre, e incluso como franciscanos: aún sin tener la certeza de que –como sostiene una cierta tradición- Dante fue un franciscano terciario o incluso un novicio de la Orden, cierto es que amó a nuestro padre san Francisco a quien, único entre todos, dedicó todo un canto de la Comedia; y es cierto también que amó a la familia franciscana a la que, precisamente por esto, no escatimó ásperos reproches por haberse apartado del ideal evangélico del Poverello. Es por esto que también nosotros podemos decir que “Dante es nuestro”, y lo afirmamos –como invitaba Pablo VI en la citada carta apostólica- no con pretensión egoísta, sino asumiendo la responsabilidad de escuchar y hacer resonar su voz, junto con el Santo Papa Juan Pablo II también nosotros convencidos de que su arte «evocando sublimes emociones y certezas supremas, es aún capaz de in fundir valor y esperanza, orientando la difícil búsqueda existencial del hombre de nuestro tiempo, hacia la Verdad que no tiene ocaso».[5]

Papa Francesco
El Papa Francisco bendice la cruz dorada donada por San Pablo VI que fue colocada nuevamente en la tumba de Dante, después de los trabajos de restauración en el 2020.

El pasado 10 de octubre de 2020, el Papa Francisco recibió a la delegación de Ravena en el Vaticano, que portaba la cruz dorada donada por San Pablo VI para la tumba de Alighieri, para bendecirla. Al final de los recientes trabajos de restauración, “tal signo de religión y esperanza” fue puesto nuevamente ahí donde había sido colocado el 19 de septiembre de 1965, en presencia de treinta y cinco arzobispos y obispos franciscanos participantes en el Concilio Vaticano II. En tal ocasión, el Pontífice anunció su intención de ofrecer durante el año del centenario –en continuidad con sus predecesores- una reflexión más amplia (e inminente) sobre “nuestro” Dante[6].


[1] Mensaje al Presidente del Consejo Pontificio de la Cultura con motivo de la solemne celebración del 750 aniversario del nacimiento de Dante Alighieri, 4 de mayo 2015; véase el enlace: http://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/pont-messages/2015/documents/papa-francesco_20150504_messaggio-dante-alighieri.html.

[2] Epístola “Nobis, ad catholicam” al Reverendo Padre Don Pasquale Morganti, Arzobispo de Ravena y Obispo de Cervia, con motivo del sexto centenario de la muerte de Dante Alighieri; 28 de octubre 1914; véase el enlace en italiano: http://www.vatican.va/content/benedict-xv/it/letters/1914/documents/hf_ben-xv_let_19141028_nobis-ad-catholicam.html

[3] Carta Encíclica In praeclara summorum con motivo del VI Centenario de la muerte de Dante Alighieri, 30 de abril 1921: véase el enlace en italiano: http://www.vatican.va/content/benedict-xv/it/encyclicals/documents/hf_ben-xv_enc_30041921_in-praeclara-summorum.html (también disponible en francés y en inglés).

[4] Litterae apostolicae motu proprio datae Altissimi cantus  septimo exeuente saeculo a Dantis Aligherii ortu, 7 de diciembre 1965: véase el enlace: http://www.vatican.va/content/paul-vi/la/motu_proprio/documents/hf_p-vi_motu-proprio_19651207_altissimi-cantus.html; versión italiana (no oficial): http://www.gliscritti.it/approf/sacchi/paolo6.htm; versión en inglés (no oficial): https://d2y1pz2y630308.cloudfront.net/2287/documents/2016/12/PPaulVIMotuPro2.htm.

[5] Palabras del Papa Juan Pablo II al término de la lectura de un texto de la Divina Comedia de Dante, Castel Gandolfo, 31 agosto 1997: http://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/speeches/1997/august/documents/hf_jp-ii_spe_19970831_dante.html (en este mismo sitio internet www.vatican.va está disponible la versión en inglés, portugués e italiano.

[6] Cfr. Discurso del Santo Padre Francisco a una delegación de la archidiócesis de Ravenna-Cervia con ocasión del año dedicado a Dante, 10 octubre 2020: http://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2020/october/documents/papa-francesco_20201010_arcidiocesi-ravenna-cervia.html (también disponible en inglés, francés, alemán e italiano).