Quirico PIGNALBERI nació en Serrone (Frosinone-Italia) el 11 de julio de 1891, último de los cinco hijos de Egidio y Caterina PROIETTI. Recibió el bautismo en la iglesia del Sagrado Corazón en La Forma, una fracción de Serrone, al día siguiente de su nacimiento. Según la costumbre de su tiempo, a los dos años recibió la Confirmación, el 29 de septiembre de 1893, del Cardenal Mons. Angelo BIANCHI Obispo de Palestrina (Roma).

Frecuentó la escuela primaria y secundaria en su lugar de origen. Durante la escuela primaria tuvo lugar el primer hecho que alteraría la naturaleza despreocupada propia de su edad; el maestro le dio el encargo de hacer cumplir la disciplina de la clase, luego salió del aula. Momentos después se escuchó un disparo; el maestro se había suicidado para no obedecer a la Masonería, que le había ordenado asesinar al rey Humberto I. El encargo fue cumplido, como se sabe, por el anarquista Gaetano BRESCI, el 29 de julio del 1900. Quirico quedó profundamente impresionado por este hecho, y durante toda su vida llevaría dentro de sí el deseo de luchar contra los enemigos de Dios y de la Patria.
Otro evento, mucho más alegre, ocurrió mientras Quirico estaba por recibir la Primera Comunión: la hermana que lo preparaba le habló tan apasionadamente sobre la dignidad del sacerdocio, que este quedó profundamente marcado.
A los 17 años, el 30 de octubre de 1908, ingresó en la Orden de Hermanos Menores Conventuales, iniciando su Noviciado en Zagarolo (Roma). Hizo su Profesión simple el 14 de noviembre de 1909 y, tras finalizar sus estudios de secundaria, fue enviado a Roma para seguir el curso filosófico (1911-1913) en la Pontificia Universidad Gregoriana y luego los estudios teológicos (1914-1917) en la Pontificia Facultad de San Buenaventura, hoy “Seraphicum”.
Durante estos años se hospedó en el Colegio internacional de la Orden de Hermanos Menores Conventuales, donde conoció y tuvo como compañero de estudios a un joven clérigo polaco, Fray Maximiliano M. KOLBE. El futuro Santo tenía una profunda estima y amistad por el hermano Quirico, tanto que lo convencería (el 16 de octubre de 1917) a convertirse en cofundador, junto con otros seis hermanos, de la Milicia de la Inmaculada.
Fray Quirico fue ordenado Presbítero el 10 de agosto de 1917. Como otros sacerdotes religiosos y diocesanos, en plena Primera Guerra Mundial, también él se alistó en el “Cuerpo de Sanidad”; de hecho, fue enviado en la segunda línea del frente de guerra, en Arcade – Montebello (Treviso).
Tras haberse terminado la guerra en 1918, Fray Quirico fue enviado a varias comunidades de la Orden en Roma: primero a Capranica en 1919 y luego a Cave en 1920, donde fue Rector de los jóvenes seminaristas.
En 1925 fue nombrado Maestro de Novicios en Bagnoregio (Viterbo). De allí pasó al Convento de San Lorenzo en Piglio (Frosinone) como Guardián. En estos delicados encargos formó generaciones de jóvenes a la vida franciscana, dando testimonio, sobre todo, con la santidad de vida. Debido a su disponibilidad para el apostolado de la predicación y del confesionario, fue continuamente solicitado por Obispos y Párrocos de las localidades vecinas.
Fiel imitador del Santo fundador Francisco, vivía una vida austera, sencilla y pobre, dedicado por completo a la oración y sumergido en la contemplación; ponía en práctica una dura penitencia compuesta por ayunos, mortificaciones, disciplinas corporales y prolongadas vigilias nocturnas; se nutría con lo esencial y saciaba su sed con agua caliente.
Siempre se paraba en un rincón para pasar desapercibido y no molestar a los demás. Prefería no intervenir en los discursos, pero, si era necesario, lo hacía con dulzura y moderación, salvo cuando era necesario defender la verdad: entonces mostraba energía, insistiendo hasta el punto de la terquedad y la monotonía. Absolutamente no quería ser fotografiado; a menudo se dedicaba al trabajo agrícola y a la jardinería; aun así vestía de manera limpia y discreta, sin descuidos ni desaliños.
En el 1937, Fray Maximiliano KOLBE se encontraba en Italia para organizar mejor la M.I. Quiso detenerse en Piglio para volver a ver a su antiguo compañero de estudios, siendo esta la última vez que se encontrarían.
Después del 8 de septiembre de 1943, con el final de la Segunda Guerra Mundial en Italia, muchos oficiales y suboficiales del ejército italiano que se encontraban a la deriva fueron acogidos temporalmente en el Convento y fueron hechos pasar por religiosos o personas sin hogar. El 3 de abril de 1944, los alemanes tomaron posesión de parte del Convento, como hicieron también en otras comunidades de la zona, entre ellas el Monasterio benedictino de Montecasino, bombardeado el 12 de mayo por los Aliados. Fray Quirico siempre estuvo en primera línea durante el largo y duro trabajo de reconstrucción y reanudación de actividades.
Curiosamente, Fray Quirico tenía el hobby de reparar relojes, pero lo transformó en una obra de apostolado: ayudaba gratuitamente a quienes necesitaban de su servicio. Esta pasión por la técnica de precisión le llevó a participar en la Exposición Europea de Nacimientos (Belenes) de Milán, con un pesebre artístico, recibiendo un premio por sus ingeniosas soluciones.
Abandonó el Piglio sólo dos veces: en 1958, cuando hizo una peregrinación a Lourdes en el centenario de las apariciones, y en 1971, cuando participó en Cracovia, Niepokalanów y el Campo de Auschwitz en Polonia, en las celebraciones por la Beatificación de Fray Maximiliano M. KOLBE.
La salud de Fray Quirico era frágil; además, a medida que avanzaba la vejez, las enfermedades lo debilitaban. Primero fue ingresado en el hospital Espíritu Santo en Roma por pleuritis serosa; después sería tratado en el hospital de Anagni (Frosinone) por una caída. Por último, ingresó en la residencia “La Franciscana” en Anzio Colonia (Roma), pudiendo desplazarse únicamente en silla de ruedas.
En el 1967 celebró, ya físicamente inválido, su 50º aniversario de sacerdocio. El 1º de abril de 1979 tuvo el consuelo de reunirse con San Juan Pablo II; el Papa polaco lo abrazó, consciente de estar frente al último de los fundadores aún en vida de la M.I.
Después de 15 años, vividos en una casa de reposo ofreciendo sus sufrimientos al Señor, murió en Anzio el 18 de julio de 1982 a la edad de 91 años. Inicialmente, sus restos fueron colocados en el sepulcro familiar de Serrone; el 30 de marzo fueron trasladados a la capilla del Sagrado Corazón, en su Convento de San Lorenzo del Piglio.
A medida que se extendía la devoción de los fieles, el 11 de febrero de 1992 el Postulador general OFMConv Fray Ambrogio SANNA presentó la solicitud a Mons. Dante BERNINI, Obispo de Albano (Roma), para que pudiera tener lugar el proceso canónico en la zona donde este religioso trabajó durante 50 años aproximadamente; de hecho, Fray Quirico murió en el territorio de su Diócesis.
El 20 de junio de 1992, el Obispo de Anagni dio inicio a la instrucción diocesana para la causa de Beatificación, obteniendo el nulla osta por parte de la Santa Sede el 9 de julio de 1992. La instrucción, concluida el 1º de julio de 2005, fue validada el 9 de febrero de 2007. La “Positio super virtutibus” fue presentada en Roma en el 2011.
Tanto los consultores teólogos (el 3 de febrero de 2015) como los Cardenales y Obispos miembros de la Congregación para las Causas de los Santos (el 9 de febrero de 2016), dieron su parecer positivo sobre el ejercicio de las virtudes en grado heroico por parte de Fray Quirico. Por último, el 3 de marzo de 2016, el Papa Francisco autorizó la promulgación del decreto que lo declara Venerable.

Antonio BORRELLI
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