La Misión local 
Formación franciscana – inspiraciones (parte 15) 

Con el fin de que crezca el espíritu fraterno, los hermanos cooperen en el discernimiento de la voluntad de Dios a través de la oración, la valoración de los cambios actuales en la Iglesia, en la Orden y en la sociedad, y la atención a los signos de los tiempos[1].

Ha quedado grabada en mi memoria de un modo especial una meditación del superior de una comunidad amiga nuestra, a quien una vez invitamos a dirigir un día de retiro en nuestro Convento. Comenzó su reflexión compartiendo diversas experiencias, ideas y dilemas pastorales. Relató cómo, durante el último Capítulo conventual, surgió una discusión entre los religiosos a propósito del informe presentado por el Ecónomo. Algunos religiosos señalaron que existía una gran disonancia entre el enorme gasto que la comunidad destina a la renovación del Convento histórico y los escasos recursos que se destinan a la pastoral. Los religiosos empezaron entonces a compartir nuevas ideas pastorales. Se dieron cuenta de que algunas de sus actividades no tenían éxito porque el estilo de vida de la gente había cambiado. Se preguntaban cómo organizar la pastoral en distintos idiomas para los numerosos turistas de la ciudad, cómo atender a las parejas jóvenes que, junto con sus hijos, tienen la costumbre de salir a pasear por las tardes, cómo atender a los estudiantes que son más activos a última hora de la tarde, dónde organizar el aparcamiento para los ciclistas, etcétera. Al cabo de un tiempo, vi aparcamientos para bicicletas a la entrada de la iglesia, una invitación a misa en inglés, una misa dominical corta para matrimonios y sus hijos, una misa programada a las 21.00 horas para los estudiantes. También había una invitación a café para los simpatizantes del Convento, donde siempre estaba presente uno de las religiosos de guardia, dispuesto a dialogar…
Pensé que tal vez esta comunidad religiosa había cambiado su enfoque de la vida y el ministerio. Ya no se preocupa de cultivar lo que con el tiempo se ha convertido en una tradición sagrada: «Siempre ha sido así», sino que ha decidido fijarse en lo que ha cambiado en el mundo, en lo que tienen de bueno las cosas antiguas y lo que las obstaculiza, en cuáles son las necesidades actuales de la gente de su entorno y cuál es la mejor manera de atenderlas.
Entonces empecé a reflexionar sobre esta cuestión: ¿nuestros hábitos ayudan o entorpecen la misión que hemos recibido del Señor? ¿Cómo hacer para conservar algo que es la esencia de nuestra vida, que está vinculado a la tradición religiosa, y cómo hacer para discernir algo nuevo, que está vinculado a la misión actual del Convento y de la comunidad que lo habita?
Con motivo de estas reflexiones, tenía curiosidad por saber qué respuesta generaría la IA (Inteligencia Artificial) cuando hablé de la misión local, del lugar, de las tareas que debe desempeñar la comunidad religiosa y de cómo se ha de discernir esta misión.

Recibí esta respuesta, que espero sea un buen resumen de estas consideraciones:
“La misión local religiosa es servir a Dios y a los hombres, especialmente mediante la oración, y también mediante la evangelización, la enseñanza, el servicio a los más pobres y necesitados, así como cuidar el desarrollo de su espiritualidad y la formación de los jóvenes. La comunidad religiosa tiene también la tarea de cultivar los valores cristianos y contribuir al desarrollo de la cultura y de la sociedad mediante su presencia y sus actividades.

Discernir la misión del lugar para una comunidad religiosa requiere oración, diálogo y reflexión. He aquí algunos pasos que pueden ayudar en el discernimiento:

  1. Pregúntate qué es lo más importante en tu vida y en tu vocación. ¿Qué espera Dios de ti como miembro de una comunidad religiosa?
  2. Estudia la historia, la tradición y el carácter del lugar para comprender mejor sus necesidades y desafíos.
  3. Analiza las necesidades de las personas que te rodean. ¿Qué necesitan? ¿Cómo puede ayudarles tu comunidad?
  4. Habla con otros miembros de la comunidad sobre su visión y sus ideas acerca de la misión del lugar.
  5. Invita al clero y a expertos en diversos campos para reflexionar juntos sobre los objetivos y las formas de realizar la misión local.
  6. Decidid juntos qué acciones concretas emprenderá tu comunidad para satisfacer las necesidades de las personas de tu entorno.
  7. Supervisa periódicamente el progreso y los resultados de tus actividades para corregir tu estrategia en tiempo real, si es necesario.

Recuerda que discernir la misión del lugar es un proceso que requiere tiempo, oración y diálogo continuo con la comunidad y la gente que te rodea”[2].
Estoy convencido de que San Francisco y sus santos seguidores tenían una sabiduría similar; ellos nos inspiran hoy no tanto a utilizar la inteligencia artificial para discernir la misión del lugar, sino a invitar al Espíritu del Señor con su santa operación[3].

Fray Piotr STANISŁAWCZYK
Delegado general para la formación


[1] Hermanos Menores Conventuales, Constituciones, Roma 2019, art. 57, § 3.
[2] ChatGPT Al Assistants (GPT-4), 16.05.2023.
[3] Cfr. Regla bulada X,8.